Abruma la inconsciencia y consiguiente depauperación con que cargamos de significados innecesarios y bastardos o vaciamos de contenido algunos verbos. La equiparación entre ofrecer y ofertar, una de las que se lleva la parte del león, o de la hiena, es buena y dolorosa muestra de ello. Es más que una simple adopción del inglés to offer, pues puede considerarse, según creo, síntoma de unos tiempos en que todo, o casi todo, es susceptible de convertirse en mercancía.
Ofertar es adecuado para transacciones comerciales. De ahí que sea más que admisible la primera acepción que da el DRAE. Sin embargo, oír o leer enunciados como “La Seguridad Social ofertará el año próximo mejores servicios” (tomo el ejemplo de Wikilengua, en la que hay una sucinta y ajustada explicación del verbo de marras), puede resultar agradable a quienes consideran que la defensa del libre mercado autoriza a comerciar o a trapichear con todo, incluida la salud. En cambio, a quienes interesa que su idioma sea rico porque piensan que esa riqueza nutrirá su pensamiento les ha de sonar a chalaneo de la más baja estofa.
Todo está en almoneda, incluida la lengua, vecino.
ResponderEliminarSaquemos a los mercaderes del templo a gorrazos.
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