Máquina enfurecida,
No llegarás al cielo de la tierra.
Caballo de Troya, entre truenos
Y humo nos arrojas al cieno.
Mientras, los haldudos azotan
Las espaldas, las maritornes
Siguen roncando feas
Y les huele el sobaco
Diestro a las dulcineas.
Y, en fin, los duques del carajo
Se ríen ahí abajo.
Pues no acabo de entenderlo muy bien...
ResponderEliminarNo pasa nada.
EliminarSe me ocurren, por lo menos, dos o tres claves de lectura. Pero se tiene que haber leído el Quijote.
Si lo piensas, somos un poco Quijote y un poco Sancho Panza. Viviendo en sociedad, sobre todo en una como la nuestra, topamos fácilmente con caballitos de Troya o con clavileños a los que nos hacen subir no siempre en buena ley. Llámalos democracia, progreso...
Tómalo como un homenaje sarcástico a la obra de Cervantes.
Mira, pues ahora ya está todo más claro.
EliminarGracias.
Saludos.
Un Clavileño cargado de petardos, es lo que cabalgamos nosotros mientras los oligarcas nos tiran piedras a ver si nos derriba.
ResponderEliminarAlgo así.
EliminarEso me parece a mí, a ver si nos derriban!!!
ResponderEliminarBesotes Juan Carlos y wue disfrutes un fin de semana genial TQM,
Gracias, Rosa.
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