Hace mucho frío en la ducha. Te cubres pubis y pechos como puedes, como las otras niñas, deseando que esta vez no haya venido el fotógrafo, que no te separe del grupo la cuidadora y te ordene apartar los brazos para que te retrate ese señor, que no tengas que mirarla a los ojos para decirle que no entiendes y te abofetee con saña.
La toalla húmeda con la que han secado ya a cinco internas raspa el pinchazo, que aún te duele, de hoy. Pero aun ese dolor es nada comparado con el presentimiento de que en la comida verás bailar los gusanos, que volverás a vomitar y te obligarán, delante de todas, a tragar el vómito.
Y vendrá la noche para preguntarte, una vez más, qué has hecho, por qué papá y mamá te han dejado aquí, en el infierno.
Terrible. Haces bien en recordarlo, memoria histórica.
ResponderEliminarY tanto. Las afectadas, que llevan moviéndose desde hace meses, no encuentran documentación y nada de ayuda por parte de la Administración.
EliminarLuego vendrán, como siempre, con Paracuellos y tal.
Terrible ...
ResponderEliminarDesde luego.
EliminarBienvenido.
Escena estremecedora y brutal,difícil casi de leer. Que hayan ocurrido hechos como este nos indica el grado de embrutecimiento moral que podemos alcanzar los humanos.
ResponderEliminarRealmente tu forma de narrar los hechos es admirable.
Tu música empieza también a engancharme.
Efectivamente. Y es algo que a muchos, por lo que se ve, cuesta reconocer si sucede en su país.
EliminarGracias por la alabanza.
En cuanto a la musiquita, que no puedo vivir sin ella, procuro renovarla cuando se tercia. Por otro lado, me gustaría volver a escribir sobre ella, sobre música, vaya.
Horroroso Juan Carlos, gracias por recordarlo para que nadie lo olvide y se haga lo necesario para que no vuelva a ocurrir...
ResponderEliminarAbrazo guapo TQM,
¿Recordarlo? Dudo de que pueda olvidar algo así en lo que me queda de vida.
EliminarTengo lapusus mentales. Suponía que había comentado esta entrada pero no aparezco. Creo que a veces confundo intenciones con realidad, como bien se puede comprobar en mi blog con las entradas del inefable Jürgen.
ResponderEliminarEn fin, vecino, muy buen relato corto, intenso, al grano y que pone el corazón en un puño. Quizá a algunos de espíritu endeble pueda parecerles una realidad dura aquella que hubo aquí no hace tanto, pero probablemente fue mucho peor.
Puede que te refieras al relato anterior sobre Porlier. O no. Pasa en las mejores familias, como se suele decir.
EliminarGracias.