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16 de marzo de 2013

Noche


En el paraíso la semana laboral dura treinta horas
los salarios son más altos los precios no dejan de caer
el trabajo físico no fatiga (a causa de la menor gravedad)
partir leña es como escribir a máquina
el sistema social es estable y los gobiernos sensatos

Zbigniew Herbert



Apenas hay luz, escondida o muerta más allá de la ventana entornada, esperando en su cubil el amanecer. Entonces, parece fácil pulsar un botón y hágase el milagro cotidiano, salve a la hermana bombilla. La sombra se hace una con el resplandor, amada en el amado transformada.

Desde la página salta la queja desmesurada, la nota apocalíptica de patio de escuela, no compare, porque como, visto, viajo a mi gusto, leo a borbotones, a contracorriente y a cortocircuito, porque te quiero y abro la boca cuando me viene en gana.

Hay espaldas que se doblan, pero eso es transitorio. Hay gente que se suicida, pero es un mal menor en el camino espinoso y quebrado, otrora diáfano y olímpico, del progreso. No hay crematorios, entérese, sino fantasmas llorando sobre cunetas. No hay esclavos, sepa usted, sino ciudadanos consumidores apretándose el cinturón, la soga. Aquí no hay tortura, sino medios de información y salvaguarda del Estado.

Oye usted campanas. Esto no es el infierno; no es, tampoco, el paraíso, aunque esté cerca. De modo que lo mejor es apagar la lámpara, cerrar la libreta y aguardar a que la oscuridad termine de espesarse mientras aúlla.  

9 comentarios:

  1. Te iba a dar mi opinión, pero me ha sorprendido y extrañado un poco, por lo que prefiero no aventurarme y leerlo mañana de nuevo.

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  2. El problema es que parece que no termina de hacerlo nunca...
    Saludos.

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    1. Efectivamente.

      Quizá pueda pensarse, además, que no es producto del azar o de un cúmulo de circunstancias desgraciadas y desagradables.

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  3. Pero cuando espese de la oscuridad hay que volver a abrir la libreta y llenarla de garabatos, aunque se a a tientas.

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    1. También durante el proceso. La tentación de cerrar la libreta es sugerida, inducida o impuesta por una tercera persona en el texto.

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  4. De vuelta a la lectura de tu texto, se me hizo un poco más de luz, aún envuelta en sombra, no obstante. Como podrás comprobar, se me contagian pronto las palabras. Y entre luces y sombras, como las tuyas, andan las mías cavilando. Y como bien dice Francisco, jamás cerremos la libreta aunque se funda en negro la existencia.

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    1. Creo que en lo que escribo a Francisco está mi postura.

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  5. Pues volveremos a abrir la libreta y la llenaremos de garabatos en la negra noche plagada de sembras adormecidas....
    Besotes Juan Carlos y excelente puente del día del padre tengas!!! TQM amigo,

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