y anteojeras para mulas
y asnos de retablillo,
escaldados por la carcunda,
escardados a rebencazos.
Ya todo es cachiporra y tunda
caminito de la jodienda.
Y el títere farfulla.
Y el títere desuella.
Y, a degüello, el titiritero ulula
en el ápice de la orgía
y el jolgorio de la trastienda.
HAPPY HOBO PARADE (Trans Atlantic Rage) / CC BY-NC-SA 3.0
¿Tú crees que el títere farfulla? Creo que ni eso. Cada día está más enredado en sus hilos y amordazado por su propia estulticia. Veremos si ahora con el requetepago, esos jubilatas temerosos de que les robaran la pensión, de derechas de toda la vida, abren el pico para graznar, y si a esos parados en el desespero se les abren los ojos para ver que ni curro, ni servicios, ni prstaciones. Eso han traído sus bilis mal digeridas.
ResponderEliminarComo siempre, fantástico poema. Y muy ilustrativo.
Sí en la segunda acepción de la palabra, Francisco.
EliminarSi los pensionistas actúan como, hasta ahora, los parados, antes les sale pelo a las ranas.
Gracias, por último.