"Correr en pos de una quimera". Siempre le había gustado la frase; por eso, cuando se encontró con ella, comprendió, tarde, la necesidad de ir armado con algo más que tópicos pegasos o pegadizos.
-Bueno: ya me tienes aquí. Mejor: ya te tengo -le dijo.
Un abrazo de fuego lo abrasó antes de que la Quimera completase la evidencia:
-Tú no eres Belerofonte.
Me temo que muchos quedarán chamuscados y, lo que es peor, sin creerse Belerofonte. La quimera campa y no hoy dios que la pare.
ResponderEliminarAsí es, vecino.
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