Charlean las ranas en la charca reclamando un escuerzo o un gran sapo como rey. Chillan ratones de larga cola para ser la gran rata peluda y enseñan los dientes afilados a los batracios.
Los dioses dudan entre enviar un leño más grande o formar escuadrones de cangrejos para acabar con el sinvivir de hocicos, pezuñas, lenguas protráctiles y membranas diversas a la rebatiña. Por si acaso, preparan, en silencio, a la serpiente.
Jejeje, sospecho que la serpiente siempre está al acecho pero confío en que ratones y batracios sean inteligentes esta vez.
ResponderEliminarFrancisco: no es solo cuestión de inteligencia, sino, sobre todo, de poder.
EliminarLa única forna de combatir al poder es con inteligencia
ResponderEliminarY la inteligencia da poder
ResponderEliminarHacía tiempo que no te leía, y me encanta volver a encontrarme con tus letras, siempre tan irónicas y acertadas.
ResponderEliminarMuchas gracias, Teresa.
EliminarNunca es tarde si la dicha es buena.
La música, como siempre, fabulosa. :-)
ResponderEliminarAhí es nada: uno de los 'lieder' más hermosos de Schubert.
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