Hay un puñado de hojas secas
En el viento,
Arrastradas por un baile
De luz herida y polvo.
Rezan por la orfandad
De un filo
Cruel, por un hacha sin raíz
En la memoria de los días.
Crujen o gimen bajo el pie,
Como manos
O cabezas de dioses cortadas,
Con un temblor de despedida.
Sus viejos rostros buscan
En el barro
Una señal de paz
Para cerrar los ojos.
Muy apropiado para el momento en que estamos.
ResponderEliminarGracias.
EliminarSí, muy bonito para recibir el otoño... Aunque yo siempre le busco el significado oculto, el doble sentido, y en este caso me parece tan demoledor que prefiero ni apuntarlo aquí.
ResponderEliminarGracias.
EliminarPues no te cortes. Caben muchas cosas en unas imágenes, aunque, cuando lo escribí, tres o cuatro años atrás, creo que pensaba, en general, en el paso del tiempo y en el machadiano "se canta lo que se pierde".
Hermoso canto al otoño y a la tristeza, todo junto. Recordar entre versos lo bello y efímero, es dejarse arrastrar por la emoción sin trabas.
ResponderEliminarGracias.
EliminarQuiero pensar que no canto a la tristeza, sino a lo que la produce.
De todas formas si eres capaz de cantar a la tristeza eso significa que es bueno para tu corazón...
ResponderEliminarBesos y linda semana Juan Carlos,
No, no. Eso lo hicieron los Gabinete Caligari.
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