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9 de octubre de 2015

No te va a doler

Cuando empezó a sonar la alarma tardó un poco en localizar su origen. Los furgones con gente armada estaban demasiado lejos, así como la muchedumbre silenciosa que lo miraba con una mezcla de curiosidad y expectación tras las vallas que la separaban de él y de las autoridades que unos minutos antes ocupaban el estrado situado en el centro del recinto que se había improvisado sobre la explanada.

La cara del señor de oscuro que le había palmeado la espalda antes de marcharse, protegido por una nutrida escolta, hacia el único sector despejado, donde aguardaban, probablemente con los motores encendidos, varias limusinas, y había asegurado ante los micrófonos que su gesta, o su gesto (no lo entendió bien), su sacrificio, no lo convertían en héroe, pero sí en un ejemplo beneficioso para él mismo, su familia, la comunidad y, en fin, el país, le resultaba familiar: pelo teñido que ya raleaba, gafas de montura metálica que no lograban esconder un ligero estrabismo, barba corta y cana. Una vida desperdiciada en el enfrentamiento a la democracia, el sistema y la ley y, por tanto, a la estabilidad, la prosperidad y, en fin, el bien común podía redimirse, como iba a mostrar su sacrificio, su gesto, o su gesta, añadió y repitió el señor de oscuro, que se había hecho un lío con los papeles en que llevaba escrito el discurso.

Después de que una niña le entregase un ramo de flores y lo besase con lágrimas en los ojos, oyó que le pedían que mirase hacia las cámaras. Entonces comprendió que el zumbido, cuyo tempo se fue acelerando a la par que el volumen se intensificaba, provenía de su estómago, justo debajo de la cicatriz que señalaba el lugar por donde le habían introducido el artefacto. Le dijeron que no le iba a doler, que todo acabaría en un instante, pero la comezón de la costura era algo difícil de sufrir.


4 comentarios:

  1. Eso es lo que dicen, que los recortes son necesarios. Solo falta que nos den una medalla por aguantarlos. A mí siempre me recuerda esa escena de Mars Attacks en la que los marcianos disparaba contra la gente al grito de "No huyan, somos amigos"

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    1. Para ellos es necesario convertir en necesidad sus apetencias, por llamarlas de alguna manera.

      Siguiendo el hilo de la comparación, los marcianos que mencionas me parecen hasta simpáticos: no dejan títere con cabeza, ni titiritero.

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  2. Aunque supongo que la entrada no va por ahí :)

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    1. Sí y no.

      La figura del señor de oscuro es fácilmente reconocible. De modo que los recortes cuentan, pero no hay que olvidar todo aquello que lleva a imponerlos: una cosmovisión de la que no escapan muchas de las víctimas.

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