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21 de marzo de 2011

¡Oh Venecia!

Llegan todos ansiosos: kodak, planos,
¡oh Venecia!

                                          Pablo García Baena



      ¿Recuerdas? Sucedió en Venecia,
en uno de esos puentes imposibles.
Cruzamos, las maletas
a rastras, por entre el gentío
que vagaba frente a San Marcos.

      El cansancio y el júbilo
nos llevaron por callejuelas
pútridas, con la prisa
de retener el esplendente
e inexorable fin.

      En el Puente de la Misericordia
las aguas (verdes, por supuesto)
corrieron con las horas,
junto al hotel en ruinas.
Suerte que sonaba Albinoni.

      Camino del Mestre oíamos
los cohetes de julio
reírse tras el vaporetto,
como los ragazzi apostados
al pie del infernal albergo.

      En medio, por supuesto,
estuvieron el Gran Canal,
el palacio del Dux, el Rialto,
las góndolas y los carabineros.
Pero perdí el carrete.

      La máscara de Pulcinella,
comprada en un bazar,
completa con su nota
carnavalesca el cuadro
de la que fuera Serenísima.

      Y la otra tarde, la última, en el Lido,
¿recuerdas?, la lluvia juntó
los canales y el cielo en una mueca
de desolación y tristeza.
Menos mal que sí estabas tú.



Bohuslav Martinu: "Allegretto" (Cuarteto para piano, nº1)


Nota: The BannerArts Quartet interpreta la pieza de Martinu, publicada con licencia CC BY-NC-ND 3.0 en la página de Washington Musica Viva.

6 comentarios:

  1. ¡Qué hermoso!Me ha transportado a esto

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  2. Cojonudo. No pega en altura y estilo con lo que tú has escrito pero, eso sí, es de corazón.

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  3. Me has traido recuerdos maravillosos de una escapada a Venecia. Besos

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  4. Hace un milenio que visité Venecia. Entonces había huelga de vaporetos y San Marcos estaba andamiado. Aun así, maravillo. Tengo que volver.

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  5. Hace años estuve en Venezia varios días, por razones laborales. Veníamos de Túnez, fue antes de que llegara al poder este último tirano al que han echado no hace mucho. Te puedes hacer una idea de los años que hace.
    No había huelgas de vaporetos, afortunadamente.
    El trabajo, en Porto Marghera, era duro pero nos relajábamos cuando íbamos a Venezia, una ciudad maravillosa.

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  6. Gracias a todos.

    Permitidme dar la bienvenida a Jon Kepa, que deja aquí sus primeras palabras en este blog. Seguro, Jon Kepa, que tienes miles de anécdotas que contar, pues la vida de un marino supongo que da para mucho.

    Francisco: también me gustaría volver. Es algo que tenemos pendiente, pues la experiencia fue una mezcla de desastre y, como se lee en el poema, júbilo. Con decirte que, por la estancia en Venecia, la agencia tuvo que pagar una multa...

    Carmen: como digo a mi vecino, ya quisiera escapar otra vez.

    Dezaragoza, padrazo: a veces importa más el corazón.

    Felipe: me vienes con Muerte en Venecia de Visconti. Palabras mayores; para mí, mayores que la novela de Mann.

    Y ahora tengo que decir a todos que el poema se escribió con un punto de ironía que no sé si se percibe.

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