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8 de mayo de 2009

De unicornios y carruseles




Foto de En la valla


El arquetipo del unicornio es universal. Quizá porque, como todo arquetipo, está hecho a semejanza del ser humano. Representación del mal, según los ocultistas, o personificación de Cristo, muestra la ambivalencia del hombre, que con una mano crea y, con la otra, destruye.

Dos caras tiene la moneda y dos la hoja, aunque a una la llamemos cruz, lises o sol; o bien, verso, reverso o envés. Cabe preguntarse si la vera faz está en el perfil, en el canto, en el borde. Poner una moneda de canto, o un huevo de pie (más bien de patas, si pensamos en el ave que podría haber contenido), la convierte en otro objeto siendo el mismo. Si hablamos de personas (por cierto, “persona” significa “máscara”), quizá el truco consista no en dar o no dar, en poner o no poner, el perfil, sino en el difícil ejercicio de no mostrar siempre la misma cara, la que queremos que los demás vean, sobre todo si, de tanto repetirla el gesto se convierte en mueca o en máscara. Tal vez sea peor, incluso, que los demás vean siempre la misma imagen en nosotros sin que lo hayamos buscado o pretendido.

El unicornio de la imagen forma parte de un carrusel o tiovivo. Más que jugar con la idea del tiovivo como rueda de la vida o como pie para rememorar la infancia, me interesa ahora fijarme en ese rostro de mujer que aparece reflejado en una especie de espejo. ¿De dónde sale? ¿Ha hurtado su cuerpo la imagen del mito? ¿Será la madre del niño, un niño sin rostro, cuyas zapatillas se ven ocupando el lugar de la grupa? Quizá el contrapicado ha producido el extraño efecto de ver la cara apareciendo en la escotilla de una especie de batiscafo, cesta o castaña? ¿Qué misterio, no? Él, oculto tras el fragor fingido de las alas, guiando sin guiar el carro. Ella, encerrada o recostada en la burbuja. Cara y cruz.



6 comentarios:

  1. Pero ¿Son cara y cruz de una misma moneda o son cara y cruz de distintas monedas pero de un mismo dueño?

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  2. “persona” significa “máscara”. Esto es muy explicativo. Uno de esos términos que están bien designados, con un significado encubierto, oculto bajo una máscara, haciendo un pequeño juego de palabras.

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  3. Por éso somos 2 caras de una misma moneda. La cara que queremos mostrar (la buena) y la cruz que no deseamos enseñar (la mala). Como resultado creamos la "máscara" que otros ven.
    Un saludo!

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  4. La verdad es que los ojos del pegacornio dan un poco de miedo y lo de las dos caras de la moneda le viene que ni pintado, mitad pegaso, mitad unicornio, ambos tan irreales y sin embargo ahí los vemos, en la foto.

    Un saludo.

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  5. ¿Somos lo que ven los demás o somos lo que nos sentimos? Pero ¿qué ven los demás en nosotros? ¿La cara que les ofrecemos o lo que sentimos que somos? En realidad ni nosotros mismos sabemos cómo somos ni los demás lo saben tampoco. Pero sí sabemos cómo queremos que los demás piensen que somos. Por eso nos ponemos la máscara, para ofrecerles una perspectiva más favorable. Pero como ellos saben que es una máscara, intentan penetrarla, así se entra en juego de dobles y triples espejos que nunca ofrece la realidad, sino retazos. Creo que nadie soportaría verse ante un espejo tal como es porque la máscara que utilizamos nos cubre también de nosotros mismos.
    El unicornio me ha recordado así, a bote pronto, la novela de Juan eslava Galán, “En busca del unicornio”, que en realidad era un rinoceronte africano del que buscaban su cuerno para hacer una poción que devolviera la virilidad a Enrique IV el Impotente. Gran novela con la que la narrativa histórica española, a mi juicio, se hizo mayor de edad.

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  6. Juan: vaya pregunta. Creo que más bien lo segundo, si te refieres al niño y la mujer. Componen imaginariamente una figura siendo elementos aparentemente distintos. Me lleva a pensar en una madre en su huevo y el niño que ya echa a volar.

    Solsiyonka: resulta curioso que el concepto de persona provenga de una figura, de una metonimia en concreto. La máscara es la del personaje que al actor clásico le tocaba encarnar. Ser otro para el público y, por debajo de la máscara, el que se cree ser o aquel a quien se conoce como Fulano, el actor. A ver si saco tiempo, por cierto, para darle otra vuelta a tu último artículo, pues me descolocó un poco.

    Alejandro: buena apreciación. Sobre eso va el escrito. Aunque añadiría que a esa máscara añadimos materiales que otros han puesto.

    Marqus: buen neologismo te ha salido: el pegacornio. De todas formas, no es la única imagen que pueda verse de un unicornio con alas.

    Francisco: así me gusta, completando las líneas de sentido abiertas por lo escrito. Lo que dices apunta al enigma, para mí irresoluble, de la identidad. En cuanto a la novela de Eslava, espera por mi parte una relectura. Es más que recomendable. No tengo suficientes conocimientos como para suscribir lo que dices al final. Mújica Lainez escribió El unicornio, una de sus mejores novelas, sin olvidar o dejar de lado esa maravilla que es Bomarzo, si de novela histórica hablamos.

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