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5 de agosto de 2015

Causa perdida

Fue uno de los más fervientes partidarios de la Junta entre los pelaires de Toledo. Cabalgó a la caza del bisonte por las llanuras que baña el Arkansas junto a sus hermanos kiowas. Alentó a los camaradas del Potemkin a ayudar a los huelguistas de Odesa. Nunca le podrían arrebatar esto, aunque le dijeran una y otra vez que la suya era una causa perdida. 

Cuando los guardias fueron a la celda para conducirlo al juzgado, lo encontraron dormido con una sonrisa en los labios.




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