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8 de febrero de 2014

La esponja o la piedra pómez

En La vuelta al día en ochenta mundos Cortázar hace intervenir a Calac y Polanco, esos dos grandes cronopios que también se pasean por Último round, Territorios, Los autonautas de la cosmopista y, especialmente, 62/Modelo para armar. Calac, en consonancia con su nombre, que es un palíndromo, propone, como rechazo de lo sólito, de lo cerrado, de lo marcado o estatuido, actuar como esponja, no como piedra pómez. Polanco hace ver a su compañero que “eso lo hace todo poeta”. Y todo niño, añadiría yo. Ello consiste, creo, en pasar de la contemplación fruitiva, pasiva y circunstancial de lo excepcional de la experiencia artística a convertir lo cotidiano, la realidad si se quiere, en algo creado por todos, siguiendo el lema del Conde de Lautréamont, que Calac cita y que fue tan caro a los surrealistas: “La poesía debe ser hecha por todos”.

Improbable, utópico, si quieren, en una realidad que Cortázar califica de porosa. Parece, entonces, que los poros van estrechándose, embotándose, convirtiéndose cada vez más en los de la piedra pómez, que sirven, ya saben, para tapar poros, para limar asperezas, para limpiar o eliminar lo que no se quiere ver, lo que no se sabe sufrir.

Utópico, improbable... Pero no deja de ser una cuenta pendiente. Como no deja de ser, tampoco, una buena manera de homenajear a Cortázar en el año de su centenario.


3 comentarios:

  1. Estaría bien esa transformación también en nosotros: pasar de esponja que todo lo traga y absorbe a piedra, aunque sea pómez, que, más que limar asperezas, raspe y socave a fuer de uso cabezón y continuado...
    Por cierto, el cronopio Polanco no me ofrece muchas garantías.

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    1. Ji, ji, ji.

      No, hombre, que es al revés. Se supone que es una absorción creativa y transformadora. El joven viejo Rimbaud decía: "Changer la vie". Los surrealistas, aunque no todos, vieron la necesidad de una revolución interior para hacer posible la social. Esto se ha olvidado demasiado por autoproclamados revolucionarios.

      En cualquier caso, y aunque te entiendo, ¿no te parece, vecino, que la piedra pómez es un poco siesa?

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    2. jajaja, la piedra pómez siempre me ha dado un poco de asco, eso de limarse las callosidades... Pero si aprietas mucho con ella y te descuidas te lo pondrás en carne viva. A eso me refería a rascar, rascar y rascar hasta joda. Con revolución interior o sin ella.

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