Cegados están por el vómito
De granito que arrojó un loco
Vanidoso, cegados
Como las fuentes, ay mis hontanillas.
Nunca llegaré a Valnadú.
Hundido en el abismo
De la soberbia, dicen
Que fue tiempo de gloria,
Lo muerto no me espera.
Nunca llegaré a Valnadú
Para poner la mano
Sobre la piedra y escupir.
Por las esquinas de la luna roja
La historia viste la mentira,
Cuarzo, feldespato, mica,
Para montar a reyes,
Cup of café con leche mientras,
En los cascos de los cipayos.
Nunca llegaré a Valnadú.
Lo que me sorprende es que los d ela piqueta se adelantarán a Álvarez del Manzano.
ResponderEliminarPor otro lado me sorprende mucho ese nombre, jamás lo había oído, parece un lugar mítico. ¿Dónde es? ¿En nuestro barrio?
No es nuestro barrio. La placa que se ve en la foto está en una de las esquinas de la calle de La Unión con la calle Vergara, según subes desde Ópera a la Plaza de Ramales. Indica el lugar aproximado en que estuvo la Puerta de Valnadú o del Diablo, antes de que Felipe II hiciera que la derribasen.
EliminarEl nombre parece de origen árabe y, efectivamente, tiene algo de mítico. Algo de ese carácter mítico se trasluce, creo, en el poema. La idea, en principio, era dar a entender algo así como la imposibilidad de conocer el pasado, pues el poder se ha encargado de eliminar los rastros. A esto, y a la magia del nombre, se añadieron las referencias a la "Canción del jinete" de Lorca.