Páginas

20 de septiembre de 2012

De Topo a Villamediana


Como cada día, compro el periódico, aun sabiendo que nada nuevo encontraré. Otra estúpida guerra. Un alcalde que dimite... La cursiva que antecede es el comienzo de “El periódico” de Topo. Calentita la sacrosanta Constitución, reformable solo a conveniencia de quien manda, empezaba a correr el año 1979 cuando el grupo madrileño publicó el disco, el primero, que contiene la canción.

Hoy, como quien dice, no es el alcalde, sino la Presidenta quien dimite entre mamandurrias que aseguran de manera eficiente que no le hacía falta marcharse, si de preocuparse de la familia se trata. Abandona,  para jugar al golf como quien juega al paddle, la antigua Casa de Correos, la Casa de las Torturas, por donde campó el celo represor de Billy el Niño y Roberto Conesa, por donde ya campa, si no le quita el asiento la llorona de Rímini, Ignacio González. 

El delfín capeará, aparte del temporal y algún que otro tupper, por ejemplo, lo que puede llamarse el casinazo y la extensión del bilingüismo basura, del que tan satisfecha dice sentirse la señora Aguirre. En ambos casos, bilingüismo y casinazo, planea, y hasta supura, ese trapicheo con leyes que dimanan de la Carta Magna tan necesario para que eso que llaman liberalismo ofrezca sus más floridas virtudes. Con todo, no hay inconveniente para que las flores se adornen, si no con gomina o laca, con escapulario o rosario. Son cosas que justifica y arropa, dicen, la mayoría absoluta

Una mujer maltratada por su marido. Un chiste agudo sobre el Gobierno que nada va a solucionar... Sigo escuchando a los Topo. Como criado entre versos, me vienen a la memoria otros. La Real Casa de Correos se levantó sobre el solar que ocupaban unos edificios adyacentes a San Felipe el Real. Aquí, en el mentidero, es posible que se oyesen estos octosílabos del Correo Mayor de Felipe III, Juan de Tassis, quien fue asesinado no muy lejos, en 1622:

La procesión se comienza
De privados alevosos,
De ministros codiciosos
Y hombres de poca conciencia.
No hay sino prestar paciencia:
Todo falsario y ladrón
A destierro y privación.

El Conde de Villamediana deseaba ver desfilar a gentes de Felipe III. El Conde de Villamediana no se atrevió, quizá, a pedir la cabeza del Piadoso, no solo porque ya había muerto, sino porque esperaba que el heredero llevara a cabo la purga o la depuración, como ustedes, amables lectores, prefieran. 

Por el camino que llevamos, no parece que, con otro Felipe, tal vez entre manifestación, palos y carreras, los mentideros de los medios digan algo más que “obedecer y chitón”.


8 comentarios:

  1. De Felipe a Felipe y tiro porque me toca. Nada ha cambiado desde entonces y lo poco que nos separamos de aquellos tiempos de hambre y gloria ya se está recortando a pasos agigantados gracias a este ultraliberalismo que más parece un absolutismo mecdoctécnico. Aquellos timpos, con El Buscón y los Tercios, estos con Cáritas y la Roja. No le veo la diferencia. Cuatrocientos años para esto.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Más o menos.

      Escribimos y decimos estas cosas, que pululan inanes en la nube esa, por obligación o devoción. No nos dan garrote ni nos queman, de momento, porque poco les importa que voceen cuatro enanos, mientras su "mantenencia", como diría el Arcipreste, esté asegurada.

      Y, por supuesto, nos morimos más tarde rodeados de cacharritos, bibelotes, y etc.

      Ese es, en realidad, el estrecho margen que va de Felipe a Felipe.

      Eliminar
  2. Ya veremos dentro de 400 más, jeje
    Si quedamos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo no pienso estar entonces. Sería demasiado.

      Cantemos: "Habrá un día en que todos/ al levantar la vista..."

      Eliminar
  3. Pues yo tampoco estaré pero nos podemos dar una cita para dentro de 400 años y vemos como anda España jajaja
    Besazo Juan Carlos y lindo fin de semana mi niño, mañana no estaré, voy de bodorrio,

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ji, ji, ji.

      No estaría mal un encuentro con gente agradable. Eso querría decir que no estaríamos completamente muertos.

      En cuanto a esa boda, si no es de tu gusto, paciencia.

      Eliminar
  4. ¡Caray!, mal me lo fiais, amigos. Malos tiempos son, cierto, y trazas tienen de durar bastante, pero, o bien cambian las cosas, o nos vamos todos al hoyo, sin contemplaciones. Algo habrá que hacerse, y las circunstancias serán más favorables, por el bien de todos. ¡Por optimismo que no quede!
    Bien expuesto. Como siempre.
    Buena música. Como siempre.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Que al hoyo vamos, más tarde o más temprano, eso es seguro. Más que contemplaciones, uno desearía cierta tranquilidad para los trabajadores y los excluidos.

      Gracias.

      Eliminar

Piénselo bien antes de escribir