Despliego la bandera
y con ella me arropo.
No me habléis de la prima,
pues hago lo que robo,
es decir, lo que debo,
aunque duela a los cojos.
El acto más bonito:
el mutis por el foro
con alirón y faria,
gualda una, el otro rojo,
Rodrigo y cierra España,
dar por liebre gorgojo.
Una de las funciones de bandera es servir de manto de prestidigitador. Con ella se oculta lo que conviene o apelando a ella se justifica lo injustificable. El gorgojo, mientras tanto, sigue en su patata.
ResponderEliminarAsí es, lamentablemente.
EliminarMuy de acuerdo con ambos.
ResponderEliminarSaludos
Ya somos, por lo menos, tres.
EliminarSaludos, majo.
Mi bandera es la sábana que cubre el cuerpo de mi mujer...
ResponderEliminarNo es mala enseña. Recuerdo un verso de Félix Grande que decía:Yo no he llamado patria más que a ti y al lenguaje.
EliminarGenial el poema, como genial me ha parecido el comentario de Francisco Galván. Lo del gorgojo es sublime, habida cuenta el espécimen del protagonista de los versos.
ResponderEliminarGracias, Teresa.
EliminarA mi vecino Francisco hay que echarle de comer aparte y no precisamente salvados o patata con gorgojo. Un tipo, con perdón, inteligente, de afilada y afinada pluma, como puede comprobarse.
Me sonrojo como el gorgojo...
EliminarJi,ji,ji.
EliminarPaco: está bien la modestia. Pero déjanos a los demás que digamos lo que pensamos. Así que reafirmo (o me reafirmo, como dirían otros) lo dicho en el comentario anterior.
No seré yo el que le lleve la contraria al maestro de la palabra.
EliminarAhora el que se gorgoja soy yo.
EliminarYa sabía yo que el gorgojo daría mucho de sí, jejeje.
EliminarGenial este satírico poems, has estado muy fino
ResponderEliminarBesazo Juan Carlos TQM amigo,
Gracias, Ross.
EliminarEl poema te quedado muy de la situación Juan Carlos, un fuerte abrazo
ResponderEliminarGracias.
EliminarEs que me lo ponen, como decimos aquí, a huevo.
Iba a añadir que a veces me pregunto de qué sirve tanta mala leche o baba. Pero el caso es que, si se trata de poderosos, lo tienen bien merecido. Por otro lado, haciendo de tripas corazón, confieso que me entretiene la sátira. Si el tiempo no da para imitar a Píndaro, no está de más hacer un poco de Marcial.