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21 de mayo de 2009

Naufragios y tesoros


Una nueva vela antigua en la barca. La resaca golpea y arrastra, muelle adentro, ajados pendones.

El náufrago arroja lastre por la borda, rumbo a casa. Ha seguido la estela de las huellas, la estela de cicatrices que fue dejando en su viaje. Porque su hogar no se yergue donde dioses ciegos mandan, sino donde el sol y el agua limpian las piedras pulidas y las humildes conchas que componen su tesoro.

Llega dispuesto a poner mesa y petate en cualquier ventana, en cualquier puerta franca en que relumbre un fuego al fondo.

Es tan honda la paz que lo inunda al ver las miradas que le sonríen en los umbrales, que siente no llevar al calor más que valvas, ovas y guijarros.


18 comentarios:

  1. Muy bueno. La verdad es que cada uno lleva lo que tiene...Si es todo,¿que más podemos esperar?
    Vienes sin nada y con generosidad, todo te parece poco. Tienes en realidad mucho. Un saludo Juan carlos, un placer como siempre leer tus textos.

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  2. En mi caso, Juan Carlos, ha sido un placer releerlos...

    Porque ando un poco espeso y me ha costado unas releídas entenderlo.

    ...mira, parece un pareado...

    Muy bonito el mensaje que nos regalas hoy.
    Buenos noches.

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  3. Me parece superbonito, voy a tener que pensar sobre ello para dar una respuesta algo mejor porque la verdad que estoy algo espeso ahora mismo como Juanjo.

    Un saludo

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  4. Gracias a los tres.

    Amadeo: la paradoja que usas en tu comentario es una lectura clarificadora.

    Juanjo: aunque no recuerdo haberme planteado al escribir esto doblar significados, pienso que la verdadera lectura es, en muchas ocasiones, la relectura.

    La espesura, Juanjo, Pharpe, nos acecha a todos.

    Finalmente, Pharpe, no te tomes la molestia si no lo crees necesario o no lo ves claro. Encantado de tenerte por aquí claro o espeso.

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  5. Pues yo lo voy a interpretar en clave bitacorera. Y me despido hasta no sé cuando por-que entrego mi pc al informático para que me lo arregle (san B16 me pille confesao)

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  6. Con pocas palabras nos has llenado esa especie de vacío que nos ronda, porque ni teniéndolo todo encontramos un pedazo de eso que llaman felicidad, sí es que existe.
    Yo miro a esas tribus que aún alientan en los puntos más alejados del mundo, sus costumbres que tan viejas nos parecen y, miro su cara, y veo su risa. No tienen nada, pero su risa lo dice todo, ellos son los que sonríen a ese náufrago que viene en busca de tesoros y se encuentra en el umbral con esos rostros que invitan a compartir el fuego que relumbra allá al fondo.

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  7. A mi me ha sugerido que la libertad de la madurez y el ver las cosas en su cruda desnudez.
    La lucha por conseguir la libertad y el sabor del éxito personal; distinto del impuesto socialmente.
    Salu2

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  8. Me lo temía, vecino. Pero eres libre de hacerlo y creo que inconscientemente me dio por desmpolvar este escrito de hace más o menos un año guiado por ese timón.

    Cuídae y vuelve pronto.

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  9. Caray, si me descuido, no os leo. Cuando lo escribí, creo que pensaba en esa idea de despojamiento liberador que sugieres, Markos. Es cierto que entendemos muchas veces la libertad como una conquista, como un llegar a. Igual la verdadera riqueza está, por utilizar ahora tus palabras, en la desnudez.

    Ese supuesto primitivismo que recuerdas, Froilán, es una clave emocionante. Por completar con lo que completas, diría que cabe, por lo menos, esperar el encuentro con tribus así no tan lejos

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  10. Yo también a veces me he sentido naúfrago de los vaivenes y desembarcos de la vida, de los cuales me he sentido sobrevivir tras dejar atrás despojos y lastres inservibles, desnudando mi alma cada día, pero llegando a puerto con el calor que produce la satisfacción que los demás hallan al compartir nuestra mirada,nuestros pasos.
    Un saludo Juan Carlos! Que sepas que me haces evadirme entre las palabras e ideas gracias a tus relatos!

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  11. ¡Eh! Los náufragos siempre se agarran a un trozo de madera suelto... Por lo menos en las películas...

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  12. Alejandro: dos cosas. La primera es que me contenta que algunos de mis escritos puedan servir, por lo menos, de distracción para quienes los lean. La segunda, que he pensado que la mejor opción para seguir a unos cuantos blogueros que he conocido recientemente es leer sus blogs directamente. Entre ellos, obviamente, estás tú, así como Juanjo, Pharpe y Amadeo. De modo que si no me veis mucho por Bitácoras, seguramente me veaís más por vuestros blogs, que es lo que realmente importa.

    Gento: no siempre hay un madero. Las películas son películas. Gracias por visitarme, majo.

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  13. A veces dan ganas de naufragar, sobre todo si se tiene la esperanza de llegar a mejor puerto, sea donde sea y con quien sea.

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  14. Leyendo tu mensaje e interpretándolo en clave bitácoras me doy cuenta que soy nefasto analizando textos. Menos mal que la historia es un poco más clara. Ahora estoy buscando cosas de las juderías y he aprovechado para leerte.

    PD. No veas con el PC de Paco menuda tragedia lleva como 2 meses con la historia, jaja nnecesita un curso, pero ya.

    PD.2 Esa sensación la tengo al salir de un examen y ver que me han salido 200 canas más y estoy tan vacío que cualquier tierra me cobija y me llena. Pero con la sensación de haberlo logrado (y con buena nota ;-))

    Ui Marqus con quien sea... ¡Con quien sea! ¿Con quien sea? ¿Con quien? Sea, pues.

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  15. Jo, Maestro, que me encuentro náufraga!
    Gracias.
    Besets.

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  16. Marqus: no hay seguridad en la esperanza, por mucho que esta pueda movernos. Quizá sea más importante perderle el miedo a naufragar.

    Santi: no le des vueltas a esa interpretación. El comentario de Paco me hizo pensar si, inconscientemente, elegí rescatar este escrito movido por la movida. Cuando lo escribí hace un año, la intención era otra y en ella debe quedar.

    Gracias por tu visita, Edda, y por el piropo. Si estás un poco náufraga, mira a ver si a tu alrededor tienes a alguien o a algo que te ayude a no ahogarte.

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  17. ¿En qué mesa posaste tu candil?
    ¿Dónde te sentaste y dijiste "esta es mi casa y aquí he de quedarme?
    ¿A qué te aferraste en la tormenta?¿A quién rezaste con ciega fé?

    Ach! La madera flota, pero nosotros no.

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  18. ¿Es un meme, Kir?

    Veamos... También flotamos: hay que nadar... y aguantar.

    No rezo, salvo quizá a un dios desconocido. Me aferré, y quiero seguir aferrándome, a los míos, a mi patria de fonemas y a esa carne que no es sólo ni mucho menos carne que siento tan mía.

    Mi casa está en donde reposo y amo. También donde sufro y espero.

    La última ya va a sonar un tanto manida: en la de la vida, no siempre del lado donde alcanza la luz.

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