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18 de mayo de 2009

Lo que no pueden condes arnaldos



La versión más alabada del romance de “El conde Arnaldos” es la que recogió el Cancionero sin año (1548). Dice así:

¡Quién hubiese tal ventura
sobre las aguas del mar,
como hubo el conde Arnaldos
la mañana de San Juan!
Con un falcón en la mano
la caza iba cazar;
vio venir una galera
que a tierra quiere llegar.
Las velas traía de seda,
la ejarcia de un cendal;
marinero que la manda
diciendo viene un cantar
que la mar facía en calma,
los vientos hace amainar;
los peces que andan n'el hondo,
arriba los hace andar;
las aves que andan volando
n'el mastel las faz posar.
Allí fabló el conde Arnaldos,
bien oiréis lo que dirá:
“Por Dios te ruego, marinero,
dígasme ora ese cantar.”
Respondióle el marinero,
tal respuesta le fue a dar:
“Yo no digo esta canción
sino a quien conmigo va.”

Vemos al noble con uno de sus atributos, el halcón, que tanto habla de su posición social, como de sus aficiones cinegéticas, entendidas estas también en clave simbólica, pues el arte de cetrería se ha utilizado tradicionalmente como metáfora del amor, y aun del místico. Así leemos en San Juan de la Cruz:

Tras de un amoroso lance,
Y no de esperanzas falto,
Volé tan alto, tan alto,
Que le di a la caza alcance.

La mañana de San Juan se presenta como tiempo propicio a la ventura o a la desventura. Es lugar común de bastantes canciones y romances (por ejemplo, ocurre lo primero en el romance de “Yo me levantara, madre”, y lo segundo en el de “Moriana y el moro Galván"). Sin embargo, lo que Arnaldos halla es la posibilidad de una aventura en lo ignoto, lo mágico o lo ideal que depende de una singladura, de una navegación. A Pompeyo el Grande se atribuye la frase: “Vivir no es necesario; navegar, sí”. En ella, según Juan Eduardo Cirlot (Diccionario de símbolos), se observa, más allá de otras significaciones más precisas, la idea de la navegación como símbolo de trascendencia o vida trascendida.


Una nave que gobierna o manda un ser con poderes tan especiales como los que muestra el marinero ha de responder a ese carácter. La nave está hecha de materiales preciosos, característica que se acentúa en otras versiones del romance, en las cuales encontramos, aparte de la seda, oro, plata y coral. Obviamente, la galera no es la Nave de los Locos, a la que Arnaldos hubiera subido, quizá, de buena gana. Aunque pudiera tener relación con lo que representa, por ejemplo, la Barca de la Gloria, nos parece más adecuado, y es más de nuestro gusto, mantenernos en una interpretación más estrictamente pagana. Con todo, recordemos que el primer personaje que pretende subir, sin lograrlo, a la Barca de la Gloria en el auto de Gil Vicente es, precisa o curiosamente, un conde.

Aunque Clemente de Alejandría encontrase en Orfeo una prefiguración de Jesús de Nazaret, no vemos, decíamos, necesidad de ir más allá de la presentación del marinero como correlato de Orfeo: su poder está en el canto, es decir, en la música y la poesía. Tanto o más sentido que una interpretación cristiana o religiosa tiene, por tanto, una de índole social. Podemos entender que Arnaldos es un noble guerrero en un rato de esparcimiento al que le faltan las virtudes o el refinamiento del cortesano ducho en otras artes. Que en los primeros años del Renacimiento los mitos servían para transfigurar, ocultar o idealizar la imagen del poeta enamorado es fácil de demostrar: basta con el ejemplo de Garcilaso de la Vega.

En boca de Arnaldos se pone un ruego al que no le falta urgencia: “Dígasme ora”. La urgencia se convierte en algo más apremiante, por no decir conminatorio o amenazante, en otras versiones, en las cuales se lee: “Por tu vida, el marinero...” De poder a poder, el marinero invita al Conde a un largo aprendizaje que supone para él lo que no está dispuesto, seguramente, a hacer: abandonar su estado y convertirse en un marinero.


15 comentarios:

  1. Otra magistral clase de literatura. Y gratis... Gracias Juan Carlos.

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  2. De literatura, historia y de sociología.
    Cualquier cosa que diga sólo puede enturbiar esta lección.
    Salu2

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  3. Yo sí que me voy a hundir con la galera, con una catalana, o mejor, con una coca... Vaya clase y yo descuido la mía... Por cierto hay algo que me tienes que explicar y te preguntaré en privado...

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  4. Uno vuelve de la playa, to'requemao y se tropieza con esto... ¿qué puedo decir del conde Ronaldo? ¿Es el que va a fichar por el Real Madrid?
    Je, pues fíjate se debió de ser famoso el romance que mi abuela lo canturreaba. Este u otro parecido de Arnaldo o de Gerineldo, vete tu a saber...

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  5. Jajaja.

    Del romance existen, que yo conozca, una media docena de versiones. No sería de extrañar que tu abuela cantase una contaminación de los dos que citas, Francisco.

    Santi: deja ya el ordenador y ponte con la coca, perdón, con la nau. Tú pregunta, a ver si puedo contestarte. Ya sabes que en el sobrecito de la sidebar hay acceso al correo.

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  6. Pues estas historias me llevan a otros tiempos,
    cuando yo rebuscaba por los pueblos castellanos los viejos romances. Y mira, encontré muchos, incluso alguno le sirvieron a un compositor amigo para grabarlo dentro de una colección de la tierra. Pero ando torpe para recoger esos significados, esas interpretaciones que tú tan bién recoges, emulando a los viejos trovadores. No me canso de situar tu post en el lugar que corresponde.

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  7. Y yo te lo agradezco, Froilán.

    Tu comentario me sugiere ahora pensar en la labor de folcloristas (que no folclóricas) y en su principal instrumento: el trabajo de campo.

    Temo que se estén perdiendo.

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  8. Ojalá te hubiera tenido de profesor durante la carrera, sin duda me habría interesado mucho más por todas estas obras literarias. Nunca es tarde, así que voy tomando apuntes.

    :)

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  9. Gracias Juan Carlos, me has hecho recordar a mi padre que siempre me la recitaba.
    Saludos.

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  10. ¿Gerineldo no es algo de los sefardíes, una canción o un romance?

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  11. Es verdad, Marqus, nunca es tarde. En la Universidad hay de todo, por otra parte. Si los profesores no abren los ojos, habrán de ser los alumnos los que, con esfuerzo y sensibilidad, encuentren el camino.

    Gracias a ti, Edda. Tuviste la suerte de tener, como yo, en tu familia quien te cantase o recitase poemas y te contase cuentos. Lo considero crucial para la formación de una chica o de un chico.

    Santi: la historia de Gerineldo es de las más versioneadas en el romancero. En el acervo sefardí hay una buena muestra y un filón de manifestaciones folclóricas. Es, por otra parte, una fuente insoslayable cuando se quiere hacer un estudio de la transmisión del folclore.
    Desde luego que hay versiones sefardíes del Gerineldo. Los entendidos aprecian especialmente las de Marruecos.

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  12. Y a través de la literatura los sabios consejos de siempre que nunca pasan de moda: navega, viaja, trasciente, muévete en el más profundo de los sentidos que vivir es estar y navegar llegar a puertos y aprender sabios cantos del alma.

    Y luego nos dicen que antes eran más tontos... anda que...

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  13. Nunca había tenido ocasión de leer este romance. Me ha gustado mucho también el texto que lo acompaña. Un saludo desde Sagunto para todos.

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  14. Buena lectura, Dezaragoza.

    Amadeo: es uno de los romances más hermosos de nuestra literatura.

    Gracias por vuestra visita.

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