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26 de enero de 2009

De obispos y blasfemias

Haz lo que digo y no lo que hago... Beatificar mártires que cayeron de un lado estimula a superar divisiones; abrir las fosas de Franco, no.

Cartelones que, en el metro o en el autobús, anuncian vigilias, procesiones y misas en la calle y en la televisión no ofenden a los no creyentes, puesto que estos no tienen moral y ya están condenados.

En España, los no creyentes ya no queman iglesias ni torturan clérigos. Los que se dicen creyentes son capaces de poner bombas en un teatro para que un ateo corra a arder en el infierno. Quizá porque un ateo es como un niño veronés sordomudo que padece alucinaciones.


Imagen creada con Comiqs

Dudar de la existencia de Dios es una blasfemia. Revocar la excomunión de un prelado que niega el Holocausto es un acto de caridad y de justicia que ayuda a la unidad de la Iglesia.

Huele a azufre y a carne quemada.


7 comentarios:

  1. Yo soy ateo acérrimo y, vaya, mejor no hablo porque me enciendo y me pongo de mal humor.

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  2. A mí me pasa igual que a Cable. Me disparo. Estoy convencido de que si no nos echan a la hoguera es porque no pueden, no porque no quieran.

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  3. Lo más gracioso del asunto, por decir algo, es que según tengo entendido un autobús de la línea 3 lucirá por aquí justo el mensaje contrario a las iniciativas de tintes ateos que acaban de surgir. Y en realidad no es mala idea, oiga. Igual así mucha más gente decide ir, siempre que sus posibilidades se lo permitan, andando a clase o al trabajo...porque a eso yo sí que objeto. Y esa es otra, veremos la sentencia definitiva.

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  4. Gracias a los tres por vuestros comentarios.

    No temáis, Cable Hogue y Francisco, a explayaros si el cuerpo os lo pide. No creo que, después de algunas de las zapatiestas que han salido de la mala leche de Cypher, me vea obligado a mudar de espacio por vuestros comentarios.

    Ada, mujer: piénsatelo. Subida a la plataforma, no podrás leer el cartel (o los carteles). Si tuviera que tragar con todo lo que se lee en los medios de transporte... No me veo andando tantos kilómetros para ir a trabajar. Lo más regocijante del asunto, es que una de las líneas en las que, supuestamente, va a figurar la campaña atea, pasa por delante, ya no recuerdo bien, del arzobispado o de la sede de la Conferencia Episcopal.

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  5. Estoy aquí viendo otra fotillo que nos dejaba el País (Catalunya) este fin de semana. Se trata del día en que se colocó una placa en el Ajuntament de Barcelona conmemorando el "Fin de la Guerra". ¡Cómo levantaban los brazos todos a la romana! ¿Pensaban que eso no les pasaría factura? Se veían en la cresta de la ola... Perros... No puedo con ellos, se lo han ganado a pulso, y no sólo entonces, sino año tras año.

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  6. Gracias por tu comentario, Santi.

    La foto de la viñeta se tomó en Galicia, si mal no recuerdo.

    Da la impresión de que la Iglesia española, si hemos de juzgar por las manifestaciones de la Conferencia Episcopal, no se haya enterado del Concilio Vaticano II. Es más, parece que viviera levantando el brazo para dar de comulgar todo tipo de obleas.

    Lo de la factura no lo tengo tan claro. Tienen, todavía, demasiado poder.

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  7. Todos parecemos tener la semana eclesiástica en nuestros blogs. Pásate por el mío que has ganado un premio por haberlo hecho tan bien en el pequeño juego propuesto. Un saludo.

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