De los mimos callejeros siempre me llega una imagen de desvalimiento y esfuerzo. Quizá vea en ellos la quintaesencia de la emoción que esta arte, la de la pantomima, me produce. Incluso cuando se trata de estatuas más o menos animadas, más o menos bien compuestas o aderezadas. Porque no son, desde hace ya bastantes años, por lo general, verdaderos mimos. No importa: no les falta mérito. Por eso, a veces me detengo a contemplarlos y a depositar mi óbolo en la caja, en el sombrero, en la mano abierta y quieta.
La estatua de los gatitos paraba cerca de la plaza de Callao, en una esquina de Jacometrezo. No recuerdo una estatua peor pintada y más desarmada. Un día lo vi en el autobús. Yo volvía a casa después de una mañana en el Rastro. Lo vi apearse en la parada más próxima al Cerro de la Mica. Iba a unirse a un puñado de zombis que pululaban ciegos de caballo por los desmontes cercanos al poblado.
Mimos propiamente dichos, algunos muy buenos, he visto en el Retiro. Allí, por vez primera, asistí a un regocijante y sobrio espectáculo de Faemino y Cansado, cuando todavía no eran conocidos. Diréis: son humoristas, hombre. Cierto es; pero algunos de sus números se basaban en la gestualidad del primero, transformado en Mimón. Allí, junto al estanque, recorría quioscos y veladores la esbelta figura de un joven enfundado en unas mallas, pintado de payaso, que ejecutaba líricas danzas y recitaba poemas ayudado de un altoparlante.
Pocos artistas de la calle, mimos, estatuas, músicos, salen de su escenario para subir al que merecerían. Hace falta sensibilidad, generosidad y un ánimo de paseante dispuesto a detenerse, a observar, a gozar de la magia que surge de la pobreza de estas situaciones para que unas pocas monedas se conviertan en una carrera. Hace falta asomarse.
En las calles hay prisa, la misma que anida muchas veces en los corazones. Esto es decir poco: en las calles hay sinrazón. Hay vida, sí; y hay muerte.
Hay pocas canciones que hablen de mimos y que me remuevan tanto como esta de Esclarecidos, con cuyo son y letra cierro esta entrada.
PLAZA DE CALLAO
Hay un mimo
Sospechosamente quieto
En la puerta de un cine,
Y un skin
Echa palomitas en una caja
Con siete monedas.
En la pared, Mel Gibson
Parece sonreír.
El mimo deja de ser mimo
Para meterse en la boca
una pistola.
En la pared, Mel Gibson
Parece sonreír.
Y vuelve a ser mimo,
Un mimo que suda.
A los veinte minutos
Suena un disparo.
Y las palomitas
Se convierten en moras.
En la pared, Mel Gibson
Parece sonreír.
El mimo del cine de enfrente
Recoge las siete monedas
En una caja.
En la pared, Mel Gibson
Parece sonreír.
Delicadas pinceladas que como acostumbra dan lugar a una composición que invita a la reflexión.
ResponderEliminarNo es poca la valentía de estos artistas que, quizá sin demasiadas pretensiones, se atreven a darle color, en la mayoría de los casos, a la máscara que a todos nos pesa, esperando el óbolo, y quizás, el brillo en la mirada de quien, encarándose a la realidad, sabe observar más allá de lo evidente, quedándose con la esencia más real. Genial reflexión.
A parte, y esta vez en calidad de alumna asidua a tus ejercicios literarios, quería decir que...no he faltado en ningún momento a mi palabra de probar e insistir en ellos. Otra cosa es que las circunstancias no me permitan, por lo que se ve, ser capaz de hilar algo que merezca la pena sacar a la luz, pero por aquí se aprecian y disfrutan mucho.
Gracias de nuevo.
ResponderEliminarEste es otro de esos textos que he considerado necesario rescatar.
En cuanto a los ejercicios, las cosas no siempre salen como uno quiere. Recuerdo, por ejemplo, que tengo algunas cosas pendientes. Está el ejemplo de "fábula calcada", pues di la fórmula, pero no el texto, que se atascó. También está "Desde otro cielo", que supongo recordarás, esperando que le ponga la voluntad necesaria para ser concluido.
También habrá, y esto es más seguro, más ejercicios. Sólo hace falta que algo me haga "tilín", pues últimamente estoy más por leer ver qué hay por ahí.
Ciertamente tienen un mérito especial esas gentes que hacen teatro en la calle, ya sean mimos, cómicos o estatuas que se activan cuando les echas el óbolo. Hay otros artistas más: los músicos del metro (he escuchado a alguno realmente bueno y otros muy malos) y esos chavales que hacen malabares en los semáforos. Vi una escena hace cosa de un mes en la glorieta de Pirámides. Estaba yo parado con el coche ante la luz roja y dos chicas comenzaron sus juegos malabares con bolos. Llegaror dos motoristas de la policía municipal y las echaron de allí muy amablemente. Uno de los guardias era una mujer y percibí en su rostro una sonrisa de simpatía hacia las artistas. Sin duda le pesaba largarlas de allí, pero probablemente tenía órdenes...
ResponderEliminarEse es otro de los problemas con los que se tropieza esta gente: la incomprensión municipal. Tenemos un alcalde que solo entiende el arte cuando le rodean a él los consagrados y pueden pasarse mutuamente la mano por el lomo. De los demás no entiende, de arte callejero, de locales de ensayo, de promoción de artistas desconocidos... de nada.
Gracias por tu comentario, vecino.
ResponderEliminarTienes mucha razón. En varias cosas, además. Hay, por ejemplo, buenos titireteros y buenos músicos en las calles. Recuerdo que hace poco más de un año tuve la oportunidad de ver a Malik Yaqub en el clausurado Bogui Jazz (local víctima, como otros, del efecto Balcón de Rosales). Este señor, que no sé por dónde andará ahora, estuvo tocando en la calle, arrimado a una de las paredes de la FNAC de Callao. En 1989 estuvo a punto de ser expatriado por indigente.
Si no recuerdo mal, los artistas callejeros tienen que pedir permiso. La minuta es, creo, onerosa.
Y es cierto que al Ayuntamiento (otra cosa son, evidentemente, los seres humanos que trabajan como funcionarios) este tipo de manifestaciones debe parecerle vulgar, puesto que prefiere gastar nuestros dineros en grandes eventos o en lucecitas diseñadas por Ruiz de la Prada. O en conciertos dirigidos por Barenboim aromados con el humo de fritura de calamares en la Plaza Mayor.
Pues ahora que lo dices, hay un violinista que se coloca con otros músicos en la calle Preciados y aledaños a interpretar música clásica, que lo hace como los ángeles (aunque no existan), que también es vecino nuestro. Es un tipo bajito, calvo y gordito de algún país del este. Seguro que lo has visto alguna vez.
ResponderEliminarSí, alguna vez lo he visto.
ResponderEliminarCuriosa coincidencia.
Me ha encantado tu texto ,estoy trabajando en este tema de los mimos y estatuas de la calle.Siento y comparto contigo toda esta vida interior que ellos nos aporta.Me das animos para seguir adelante.La vida y la muerte la llevamos dentro y se refleja , la vida en si; el pequeño , grande ser homano.Gracias , me gustaria poder dar forma a tus palabras.
ResponderEliminarSoy yo el que tiene ahora que agradecer tus palabras, Lia. Me alegra que mi artículo pueda animarte a trabajar en algo relacionado.
ResponderEliminarEn cuanto a poder dar forma a mis palabras, para comprenderte mejor sería necesario que lo explicases un poco, si lo consideras conveniente.
Un saludo.
Hola Juan Carlos , soy Lia.Soy bailarina y estoy montando una obra de Danza Teatro sobre este tema.Hacia algun tiempo que tube la idea de poder crear y dirigir una pieza sobre la vida y todo lo que supone este arte del mimo (las estatuas en la calle , que cada dia son mas) , la vida de estas personas.Aún no tengo elegido el personaje , para mi es ; fuerte , alegre , con mucha ganas de vivir , positivo y enfermo ( enfermo por esta sociedad , por la vida que llevamos , enfermo por no ser visto )
ResponderEliminarEstoy juntando datos para trabajar mejor con el personaje .Tengo algunos puntos cerrados , me pondre en contacto con alguno de ellos y espero poder tener mucha información y contacto con todo lo relacionado a este tema.asi podré desarrollar mejor mi trabajo.Gracias por contestarme , siento que cualquier comentario será bienvenido.Lia
Por supuesto que sí, Lia. Los comentarios pueden enriquecer el trabajo y, si son respetuosos y constructivos, son bienvenidos.
ResponderEliminarTe deseo suerte para tu proyecto. Si se materializa y se pudiera ver en Madrid, me encantaría saberlo.
Gracias.
tenemos fecha para el pré-estreno ,para después del verano y por supuesto estas invitado.Habrá muy poco texto ,todo se basará en un poema , un mensaje de la propria vida.Tus comentarios son importantes y me inspira un bonito juego desensaciones corporales.un saludo
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