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19 de diciembre de 2008

Lo que nunca oirás decir a Obama


Después de las excursiones lírico-trágicas del jefe, no está de más un chapuzón de escepticismo en estas fechas tan proclives a la sonrisa boba y al entusiasmo mesiánico. El Gobierno, cabría decir que los gobiernos, nos invita descaradamente a consumir. Así, seguramente, es como espera poder echar una manita a las entidades financieras.



¿Por qué Obama? Por lo dicho y por otras muchas razones; pero sólo voy a dar tres. La primera, porque Madoff no está en el trullo, sino bajo arresto domiciliario, con una pulsera electrónica y no un mono naranja. Y no me vengan con que aún no ha tomado posesión del cargo. La segunda, porque va a tardar dos años en cerrar Guantánamo, tiempo más que de sobra para instruir a los, aproximadamente, 250 presos en las excelencias decibélicas de Metallica. La tercera, porque no le ha lanzado un zapato a Bush.


2 comentarios:

  1. Y hablando de las fechas que se avecinan, muy apropiado hablar del que "nos va a salvar". Pobre hombre, la de respuestas que se supone que tiene, no sé cómo puede dormir por la noche.

    Lo del amigo Maddof tiene tela. El día menos pensado le vemos con bigote y en pleno romance con una folclórica haciendo entrevistas retribuidas para la prensa del corazón. Sobre Guantánamo me quedo con la pésima impresión que dio uno de sus colaboradores más estrechos cuando le preguntaron sobre qué medidas puntuales estaban previstas para llevar a cabo el cierre de la prisión, y éste no fue capaz de dar una respuesta coherente. Y de lo del zapato, que no nos asombremos.

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  2. Hay que precisar que Madoff ha estafado, en principio, a ricos. "Quien roba a un ladrón..." Lo que no sabemos es cómo repercutirá esto en los bancos españoles implicados y, por ende, en el ciudadano. Quizá se le ha ido la mano un poco a Luis.

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