El pasado 17 de noviembre dedicamos una entrada a las arañas. Como nos gustan los insectos, hemos estado trasteando por ahí para encontrar las creaciones que ofrecemos hoy a ustedes.
Estamos en tiempos de banquetes. Conviene, por tanto, no olvidar, pues son criaturas de Tutatis, a algunos simpáticos habitantes de nuestros hogares a los que normalmente perseguimos. Los dos cortos que siguen, La saga de la cucaracha y Moskix, son animaciones en flash a las que los guiños cinematográficos les confieren buena parte de su gracia.
La parábola de la mantis es de distinta factura. Con este corto pasamos del humor al lirismo con moraleja. Atención a la rara expresividad con que han dotado los creadores a sus criaturas. Una joya.
Ha habido que poner paz entre los mellizos. La tira que correspondía publicar hoy queda para mejor o más favorable ocasión. A cambio, Luis y Oulipo han tenido a bien combinar la tendencia a la mordacidad de uno con el esteticismo del otro en la elección de los vídeos.
ResponderEliminarMenos da una piedra.
Vaya con la última animación, estoy deseando ver qué dirá Frankie.
ResponderEliminarNo les faltaba razón a los mellizos al hablar de la rara expresividad de los protagonistas, pero lo que es cierto es que es toda una proeza conseguir que los bichillos sean capaces de transmitir tanto.
Lo gracioso es comprobar que estas animaciones me tienen más en vilo que cualquiera de las películas de suspense que se me ocurre, he visto en los últimos tiempos.
Ya lo decía Gracián: "Lo bueno, si breve, dos veces bueno."
ResponderEliminarEsto me recuerda una idea que me rondaba por el magín: comentar textos breves (relatos, poemas, teatro en un acto) en lugar, o además, de libros u obras más largas.
De la segunda animación he aprendido que hay que hacer las cosas bien o te saldrá la cosa que no quieres que te salga y entonces, si no quieres que te pase eso, tienes que tener siempre a un ayudante.
ResponderEliminarDe la última he aprendido que los amigos tienen que ayudarse unos a otros, aunque me daba pena que le hicieran daño a la pobre oruga.
¡Ah! Y...sobre la primera diría...¡que los ángeles no se van a los pasteles! Y aunque el alma no se va al cielo, a mí también me gustan los pasteles.
ResponderEliminarEste Frankie es de lo que no hay.
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