En 1994 nace uno de los fenómenos culturales, o contra-culturales, más sorprendentes de las postrimerías del siglo pasado, bajo la advocación de Luther Blissett. Como se lee en la página de Wu Ming, grupo heredero de Blissett, el nombre del futbolista inglés que jugó en el Milán fue adoptado por “cientos de artistas, activistas y bromistas de toda Europa (...) para desencadenar el infierno en la industria cultural”. El Luther Blissett Project, formado por un grupo de italianos, comienza a desarrollar su labor de guerrilla cultural con sonadas burlas, como la que perpetraron en 1995 al difundir que un artista conceptual inglés llamado Harry Kipper había desaparecido en la frontera ítalo-yugoeslava mientras viajaba en bicicleta. “La víctima de la burla es Chi l'ha visto, un famoso programa que busca personas desaparecidas, transmitido en horario central en el tercer canal de la televisión nacional italiana. El equipo del programa se lanza sobre las huellas del artista-ciclista y despilfarra el dinero de los contribuyentes para buscar una persona inexistente, llegando incluso hasta Londres y haciendo el ridículo, pero evitando salir al aire por un desperfecto en los auriculares”.
La tarea del grupo no se limita a este tipo de acciones. Fuera del ámbito literario, en el que ha tenido mayor proyección, Wu Ming ha tomado partido, por ejemplo, contra la globalización y por la causa palestina, además de participar en la Marcha de la Dignidad Zapatista.
Luther Blissett ya era acérrimo defensor del copyleft (véase el artículo que El Plagio Literario dedica a esta práctica, o lo que Wu Ming declara a la revista de la Asociación Italiana de Bibliotecas) años antes del nacimiento de Creative Commons. Cuando Blissett publica en 1999 su novela Q, consigue que la editorial Einaudi acepte el compromiso que suponen estas palabras que aparecen estampadas en los ejemplares: "Está permitida la reproducción total o parcial de esta obra y su difusión telemática, siempre y cuando sea para uso personal de los lectores y no con fines comerciales; y con la condición de que se reproduzca este enunciado." Fieles a esta idea, las creaciones colectivas de Wu Ming, así como las individuales de sus miembros, llevan impresa la declaración citada. Además, ofrecen descargar estas creaciones en su página.
La difusión libre de Q no impidió que la obra se convirtiera en un éxito de ventas. Fue traducida a los siguientes idiomas: inglés, español, alemán, holandés, portugués, danés, polaco, griego y coreano. El asunto puede resultar paradójico, pero, en realidad, es sólo, y no es poco, demostración palpable de la razón que asiste a los partidarios del copyleft.
Wu Ming no concibe, tampoco, la creación de manera tradicional. Buena muestra de ello son los materiales que exhiben en el sitio dedicado a su último lanzamiento, la novela Manituana, publicada en 2007. Manituana se presenta como un proyecto rico en materiales y propuestas que incluye colaboraciones de otros artistas y de los lectores.
Wu Ming no concibe, tampoco, la creación de manera tradicional. Buena muestra de ello son los materiales que exhiben en el sitio dedicado a su último lanzamiento, la novela Manituana, publicada en 2007. Manituana se presenta como un proyecto rico en materiales y propuestas que incluye colaboraciones de otros artistas y de los lectores.
Ya sólo falta convencer al jefe de que hable, un día de estos, de cualquiera de los relatos de esta gente. Si no, lo tendrá que hacer un servidor.
¡Buff! Todavía no lo he visto al completo, pero desde luego tiene una pinta genial. Me encanta idea de que los artistas fusionen distintos soportes y medios para expresarse. Y qué hablar de las colaboraciones...si hay "química" pueden desarrollarse trabajos más que interesante.
ResponderEliminarPor otra parte, simplemente brillante, a parte de muy valiente, lo que hizo Ming con Q. Totalmente de acuerdo con esa filosofía.
Este Luis... Las cosas que saca de la manga.
ResponderEliminarPor otra parte, dados los tiempos que corren, Wu Ming muestran un camino alternativo para la creación y la difusión. Lo que más sorprende es que funciona y puede convivir con la industria.
Si tuviera que referirme al interés que puedan tener las creaciones, necesitaría tiempo. De todas formas, algunos de los panfletos y de los cuentos son demoledores.
Recuerdo la historia de Blisset... Tuvo que irse del Milan porque los tifosi la tomaron con él, racismo por sus orígenes Jamaicanos... Se le consideró uno de los peores fichajes de la historia del AC Milan... Lo que no conocía era ésto...
ResponderEliminarWu Ming asegura que la elección del seudónimo colectivo Luther Blissett fue ocurrencia anónima. Mas, si tenemos en cuenta la trayectoria de esta gente y, por ejemplo, que Q es una historia de desposeídos y perseguidos, el supuesto azar se convierte en determinación.
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