El jefe está con sus caligrafías. Oulipo, embebido en el estudio de Flash. Así que me toca darle a la rueda del timón. Aunque el sabio de Hortaleza ya no está al frente de la Selección, su agudeza y su carisma quedarán para siempre en nuestra memoria y nos recuerdan, aparte de ratos de felicidad sin nombre o sin par, lo afortunados que somos por tener la ocasión de admirar mentes privilegiadas que, como la del homenajeado o la del señor Villar, quien continúa al frente de la Federación, han tenido y tienen en sus manos las riendas del deporte rey en nuestra querida España. Sin pararnos a pensar en cuál sea el deporte reina, ni cuál el deporte príncipe o princesa, venga ya la viñeta con su globito.
Si el curioso y amable lector se preguntara, preguntase o preguntare, que de las tres maneras puede y debe decirse, qué pinta aquí algo que tenga que ver con el fútbol, es que todavía no sabe de qué va esta bitácora. En cualquier caso, echemos mano de Terencio: "Nihil humanum a me alienum puto".
Eso está bien, mostrando un debido respeto, que no predilección, hacia el fútbol...
ResponderEliminarY fíjate que Luis no me cae del todo mal... Aunque ahora en tierras turcas y con el Fenerbahçe entre manos lo tiene muy difícil... Cosa que por otra parte me da un poco igual sabiendo lo que cobra...
¿Sabes ya que Villar volvió a ser elegido presidente de la Federación Española? Tenía difícil la derrota siendo el único candidato...
No hablaría yo de respeto, pues al fútbol, o más bien a lo que lo rodea, hace muchos años que se lo perdí. Es, en España, un circo tan grande o más que el de la política. Sí es cierto que, de alguna manera, más allá de lo meramente futbolístico, que ya no me seduce, me interesa como fenómeno social, aunque tenga que aguantar las náuseas para hablar de él.
ResponderEliminarLo de Villar, efectivamente, estaba cantado. Es una muestra de lo que se cuece en las altas esferas: es uno de los suyos, es decir, un mafioso.
En cuanto al sabio, si como futbolista era respetable, como ser humano y, sobre todo, como cabeza técnica de la selección, me parece, cuando menos un fantoche un pelín repugnante. La situación a la que alude la viñeta tuvo cierto eco en los medios de comunicación. Yo pude ver con mis propios ojos cómo el señor Aragonés movía los labios mientras sonaba el himno. Se podía leer perfectamente en sus labios la letra troglodita que los franquistas habían ideado para un himno que no tiene letra.