En ruta otra vez, por entre señales agoreras, máquinas que rugen y soplan el aliento ponzoñoso del infierno...
Y ya puedes decir que no te moverán, mas el juego es el camino.
En tus pisadas la apuesta es el azar. La meta no es el destino, sino ponerte una y otra vez en marcha, del suelo al cielo, del agua al fuego y, quizá, no llegar.
Hablando de caminos alguien me dijo una vez que no siempre la línea recta es el camino más corto entre dos puntos. Puede además no resultar el más interesante, y efectivamente puede no alcanzarse el destino final.
ResponderEliminarQué nos importa si supinos observar en la marcha con dedicación todo lo que nos rodeaba...
Así es, opino. Lo de la línea recta me suena, claro.
ResponderEliminarEl trabajo de Oulipo, por otro lado, es un poco extraño. Será cosa de haber estado en barrena durante unos días. Estupefacto, pero contento se ha quedado con el hecho de que Relatos Entretenidos haya publicado “Rumbo al paraíso”, que Oulipo prohijó.