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12 de noviembre de 2008

Delivery


Nuestros nietos, al decir de un “sabio” (óigase y léase lo que dice el susodicho), podrán o no podrán tener un problema dentro de cien años a causa de lo que hagamos. Puede ser poco pertinente, en tiempos de crisis, destinar miles de millones a paliar el cambio climático y, en cambio, muy prudente no decir nada acerca de los que van a parar, por ejemplo, a la industria militar. E ingenioso, por decir algo, es comparar a Galileo con un presidente experto en economía.

Nosotros, que no somos tan sabios, sabemos alguna verdad como un puño, aunque la haya dicho un millardo: dentro de cien años, el presidente, el sabio y nosotros estaremos muertos. Difícil será, por tanto, que los nietos de cada cual pidan cuentas de las cuentas o los cuentos que hacemos.

Hay algo más. El hombre ha imaginado o ha intentado imaginar el futuro, sea o no apocalíptico. Hace poco más de cien años Julio Verne puso al hombre en la Luna y en el fondo del mar. Aunque la imaginación no es ciencia, nosotros, que no somos tan sabios, preferimos hacer un poco de caso a lo que la imaginación dice acerca del futuro. Será por casualidad que de algo parecido hablan muchos científicos que no son presidentes economistas ni sabios ex-presidentes desbigotados y megalómanos.


Vayamos, pues, a la imaginación de una ficción futurista. Delivery es un sorprendente corto realizado en el año 2005 por Till Nowak. Es una lucecita, en forma de caja de Pandora al revés, de amarga esperanza para los pobres tontos que vemos azufre en un futuro de, digamos, cien años.



1 comentario:

  1. Dos veces he tenido que leer la noticia para de verdad asegurarme de que la había entendido y no estaba poniendo nada de mi propia cosecha, y porque no se espera hoy ninguna inocentada y se sabe, por no decir algo menos elegante, y reconociendo que el tipo perdió la perspectiva que le quedaba si es que algún día hubo, cual Sansón al rasurarse el bigote, todo esto reconociendo que tras el par de lecturas quería oirle diciéndolo y no pude aguantar la carcajada al final del vídeo. Galileo...¡ay!

    Por otra parte, como se anuncia, el corto de Nowak muestra un rayo de esperanza. Aunque con el toque de imaginación, no se equivoca en absoluto en el hecho de que debe de ser el ser humano el que trabaje de forma activa por solucionar el asunto. Y como deja tan buen sabor de boca, no seré yo quien se ponga a hacer cábalas con los números y las probabilidades. Es decir: iremos buscando una forma respetuosa con el medio ambiente de hacer una hogera.

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