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26 de junio de 2013

Amanecida

Me asomo a la ventana del alba sin rencor
Por las horas gastadas en recordar el nombre
Del vacío que ocupa un remoto perfume.
La memoria, traviesa, juega con sus sombreros,
Trueca alas por olas y pozos por jardines.

Sé más cruel, verano: que la mañana encuentre
Un cuerpo sin rencor, vacío de las horas
En que un perfume ignoto le recordó su nombre.

6 comentarios:

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