Por las horas gastadas en recordar el nombre
Del vacío que ocupa un remoto perfume.
La memoria, traviesa, juega con sus sombreros,
Trueca alas por olas y pozos por jardines.
Sé más cruel, verano: que la mañana encuentre
Un cuerpo sin rencor, vacío de las horas
En que un perfume ignoto le recordó su nombre.
Bello y evocador. Eres un maestro en todos los sentidos!
ResponderEliminarSalu2
Gracias, Markos.
EliminarMe sumo a la valoración de Markos...
EliminarSaludos
Gracias, entonces.
EliminarMuy bonito, como siempre, y dejando un amplio margen a la interpretación.
ResponderEliminarGracias, vecino.
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