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3 de febrero de 2013

Cosas del instinto


Recuerdas las descomunales lombrices de Gerona, ahítas de materia, retorciéndose en las losetas pulidas por la lluvia, en busca, sin duda, de un hueco propicio para sus humildes y húmedas digestiones. Cosas del instinto, dirías.

Otros deseos, revestidos de razones, nos empujaban lejos del laberinto del Barri Vell, huyendo de cánticos y procesiones, en pos de un conill a las hierbas impronunciable para un castellano, pero igualmente apetecible; en busca, también, de aquel hueco en que las humedades hacen posible el canto de los cuerpos.

Las lombrices, en fin, son repugnantes, pero beneficiosas. Fieles y timbales no dañan, si no imponen sus devociones. Y a los demás no les importa qué pasa cuando te desnudas.

O, antes, ¿recuerdas?, en Irati, aquel tábano que probó tu carne. Cosas del instinto. Pero ¿qué barro alivia la picazón de la mentira que vende en almoneda la vida de los otros? ¿Qué instinto de lombriz embrutecida se reviste de honores, tradiciones, sinrazones de estado, para henchir sus anillos en la oscuridad de la cueva y poner en la mesa gato por liebre?

8 comentarios:

  1. Estic segur de que pronuncies conill en català perfectament!

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    1. Ja, ja, ja.

      Lo del conejo es una anécdota que perdería gran parte de su gracia si la contase por escrito.

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  2. No hay nada que te alivie de una sarna provocada por la mentira, la impudicia y el despropósito vergonzante de la sinrazón.

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    1. Más o menos.

      Con todo, probablemente anduviésemos un poco más tranquilos, aunque temporalmente, si tuviésemos algún buen antiparasitario a mano. En su defecto, un emético sin efectos secundarios.

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  3. La mentira daña más que la picadura del tábano. La lástima es que a los mentirosos no podamos retorcerles la cabeza hasta arrancársela como hacíamos en el pueblo con los tábanos.

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  4. Creo que la lombriz, el tábano o cualquier otra sabandija son más dignos que los que se reunieron ayer en Bruselas. Al fin y al cabo, como la sanguijuela, chupan la sangre por necesidad de subsistencia. Los del lobby solo por codicia y glotonería. Yo también los retorcería el pescuezo.

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