Tomar distancia, tierra de por medio,
Lejos de este festín de mugre y muerte.
En otra lengua, en otro aire o suerte
De vida que atempere el mal del tedio.
Darse un respiro, pies en polvorosa,
Por un poso de lumbre en la extrañeza,
Por un poco de luz, por la belleza
De otra patria de polvo y otra rosa.
Y saber que la vuelta es otro viaje,
Un vuelo a la ceniza de los días,
Un batir de ascuas hacia la tiniebla,
Si de voces el ala no se puebla,
Si el azar no se envuelve en armonías,
Si el viento no se encarna en el paisaje.
Pues que vaya bien el viaje, que te permita desconectar un poco y relajarte.
ResponderEliminarEso esperamos. Aunque todo viaje que se precie empieza y termina en uno mismo.
EliminarBuena suerte Juan Carlos!!!
ResponderEliminarBuen viaje y que la pases muy bien!
ResponderEliminarCariños.
Lau.
Llevan música tus versos. Da gusto leerlos.
ResponderEliminarTe vendrá bien cambiar de aires, y si esos aires están por Italia, serán muy beneficiosos.
Ross, Laura, Teresa: gracias.
ResponderEliminarPero lo que nació con vocación de soneto, soneto ha de ser.
Un viaje de ida... espero que también tengas el billete de vuelta para, después de cargar pilas, sigas dando guerra.
ResponderEliminarUn abrazo
El viaje de ida es siempre el viaje final. De modo que seguiré dando guerra o paz desde aquí.
EliminarGracias, Javier.
La roña no desaparace por muy lejos que vayas pero ayuda a olvidarse de ella. Disfrútala como lo he hecho yo esta última semana, que casi me olvido de casi todo.
ResponderEliminarCierto.
EliminarEn cualquier caso, los tercetos apuntan a algo más que el olvido de la mugre, a traerse del viaje algo más que unas fotos, por ejemplo.
Gracias, vecino.