Páginas

7 de junio de 2011

¿También esta noche pasará?

Hace unos días, el 2 de junio, concretamente, se cumplieron 31 años de la muerte de Giuseppe Ungaretti. En un día de lluvia como el de hoy, tan proclive al aburrimiento, me ha venido a la memoria un desolador poema de este italiano nacido en Alejandría. Se titula, precisamente, “Aburrimiento” (“Noia”). En él se suceden unas pocas imágenes, algunos dirían, displicentes, notas de paisaje (y de paisanaje) urbano, en las que objetos o cosas y seres humanos se identifican en una similar “menos” vida. Una traducción más o menos literal (ya saben: traduttore, traditore...)  no le roba toda su fuerza:

También esta noche pasará

Esta soledad en torno
titubeante sombra de los cables del tranvía
sobre el húmedo asfalto

Miro las testas de los conductores
cabecear
en medio del sueño


Ungaretti vio o vivió dos guerras, dos noches que, dicen, se acabaron. Yo no he vivido ninguna, pero guardo memorias de mi carne entreveradas, quizá, con sueños o recuerdos de los coletazos de una larga noche de piedra cuyas sombras, alargadas como las de los cipreses, se ciernen todavía sobre cielos y tierras de España.

Ya sé que traiciono los versos de Ungaretti saltando a otros versos y otras prosas, ahora que llueve, discúlpenme, a cántaros; pero esta lluvia es, ay, sólo lluvia. Ya sé que la memoria es, a veces, traicionera; pero yo no soy académico medievalista.  Sólo puedo contar pequeñas historias, historias mínimas, en las que entran estudiantes “interrogados” que, de pronto, saltan por las ventanas o los balcones de la Dirección General de Seguridad. Historias de miedo entreveradas de (des)ilusión que asintieron a la Constitución y a los Pactos de La Moncloa. Historias de miedo que hacían levantar brazos en saludo fascista al paso de las requisas falangistas en un pueblo segoviano, en una de cuyas iglesias, cara al sol, figura uno de mis apellidos caído por no sé qué dios ni qué patria. Historias de terror de síes unánimes.

Tendrán ustedes que perdonar a este hijo del baby boom de los sesenta, porque mezcla inextricablemente memorias ajenas con recuerdos infantiles o pubescentes, primos segundos exiliados por haber sido guardias de asalto, con amenazas de los Guerrilleros de Cristo Rey. La Historia mayúscula, lo sé, no se ha de escribir con las entrañas, mucho menos con las de los vencedores; pero, menos aún, con las botas puestas o con el culo. Porque no hay trasero en que quepa tanta fosa. ¿No hay?

Hay una historia, pequeñita, de tranvías que hieren como amenazas. Raíles en la calle de Ferrocarril y el dedo de mi padre, un artesano, un ebanista que tuvo que jubilarse en el paro durante la década prodigiosa del señor de la pana, apuntando tembloroso a las huellas, marca de fuego, de una guerra que no viví. Una voz en sordina que hablaba de escuelas, ya no sé, en las que los hijos de los obreros podían comer, que hablaba de la huida a Segorbe de una familia numerosa, que hablaba de un abuelo cenetista o de la FAI, ya no sé, al que no conocí y del que nadie sabe dónde está enterrado.

Camino de la madrugada, desde la cuneta de esta noche de tedio convertido en ira, barajo historias (la verdad es que las cartas se reparten solas) que no sirven al miedo ni a los medios. Barajo versos mirando el asfalto húmedo y la calle vacía...

Existen las montañas, lo sé.
Y los anteojos para la sabiduría,
Lo sé. Pero yo no he venido a ver el cielo.

6 comentarios:

  1. Juan Carlos,dos sentimientos se han apoderado de mí durante tu lectura:mucha tristeza y el saber que nos entregamos, atados de pies y manos,en la "modélica" transición.

    Hay hombres como castillos que aún permanecen "expatridos"en alguna fosa,en algún lugar del que no sabemos.Hay hombres como castillos que dieron su sangre y hasta su vida por un noble ideal que aún siguen reclamado justicia con la enjutez de sus cadáveres.

    Hay hombres que claman y no se les quiere oír.Al fin y al cabo,sólo son unos "perdedores".

    ResponderEliminar
  2. En fin, queda uno sin palabras, amordazado por ese desconsuelo, esa añoranza de lo que no se ha conocido pero que se sabe que fue, que estuvo y que pudo ser mejor... incluso que pudo ser, simplemente.
    Uno no sabe adónde mirar, si hacia el futuro aterrador que nos tienen preparado, hacia el pasado robado y manipulado o intentar fijar la vista en este presente infame, burdo y chabacano que vamos haciendo entre todos.
    Y se muere Jorge Semprún, en coincidencia con mi decisión de cerrar el "El hombre del Pirulí". Tanta degradación se hace ya insoportable.

    ResponderEliminar
  3. Felipe: puedo asumir que nos entregamos, aunque yo era muy joven. Entonces, desde una visión más limitada de lo que sucedía, en mi mente ya bailaba la palabra traición. Lo que ocurrió, unos años después, con la OTAN y el 23F terminó de corroborar algo que, por lo menos para mí, es evidente: no es esta democracia la que soñé de adolescente. No es tampoco la que merecen los que se dejaron la piel durante y antes de la dictadura. Lo que más duele es la desfachatez con la que vencedores y apologistas de los vencedores siguen echando tierra sobre el asunto.

    ¿Desconsuelo? Sí, Francisco. Me viene a rachas; pero, cuando viene, me remueve hasta las ansias. Difícil es decir adónde mirar, porque apenas hay atisbo de esperanza. De una cosa estoy convencido: hay que decir no en la medida que se pueda y abstenerse, en lo posible, de actuar en la farsa. Dices que cierras tu pirulí, pero me da la impresión, por lo que voy leyendo en el otro blog, que has decidido concentrar fuerzas, porque, de cuando en cuando, te ves en la necesidad de encararte a lo insoportable. Algo parecido me sucedió en los últimos tiempos de Por el camino de la letra: ¿para qué iba a mantener dos páginas, si quien estaba detrás era el mismo, con obsesiones, preocupaciones, fobias e intereses idénticos?

    ResponderEliminar
  4. Desconsuelo y desesperanza. Yo también lo siento por momentos, pero creo que no debemos rendirnos, y el día que dejemos de luchar por nuestras ideas, ese día sí que no habrá arreglo.

    Os propongo un blog a tí y a Paco, que puede que os guste (puede que no), a mí me gusta bastante:
    http://blogs.publico.es/arturo-gonzalez/

    Me gustó en especial esta entrada:
    http://blogs.publico.es/arturo-gonzalez/2011/05/24/el-pp-y-espana/

    Y me gustan las intervenciones de su autor (Arturo González) casi siempre que lo veo en la tele.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Puede que no, Juanjo (me refiero al señor González).

    Esta nación de naciones necesita un revulsivo que va a tardar en llegar o no va a llegar nunca. Me parece, y no es cosa de ahora mismo, que pocas chispas saldrán del PSOE, salvo que vuelva, no sólo ideológica, sino, sobre todo, prácticamente, varias décadas atrás.

    ResponderEliminar
  6. Bueno, yo es que a mis ideas, llamo a las mías, desde donde las pueda defender es otra historia...

    ResponderEliminar

Piénselo bien antes de escribir