Ay, alma mía, cata que amanece.
Hay quien se viste de domingo
Para asolearse en la plaza,
Abrevar en los bebederos
Y comulgar con ruedas de molino.
Yo quiero vestirme de ti
Desnuda y de tus besos
De savia, y hacer plaza
De versos contra la traición del día.
Ay, savia mía, cata que amanece.
Buen amor el que se vive en los versos.
ResponderEliminarAbrazo
Bueno, Jose Jaime: los versos están, ahora, para hablar de amor.
ResponderEliminarMe gusta (la vida es Facebook)...
ResponderEliminarGracias, Dinojuanjo. Pero el caralibro es sólo una parte pequeñísima de la vida; por lo menos de la mía.
ResponderEliminarDe todas formas, aquí, si algo te gusta y quieres decirlo, tendrás que escribir. Me niego a poner más botoncitos ;).
(Obviamente, era broma).Me parece bien. Saludos
ResponderEliminarYa, hombre, si lo entendí. Pero no quería desaprovechar la ocasión.
ResponderEliminarBonito poema dominguero. A mi también se hacen cada día más cuesta las redes sociales. será que no me gustan las redes. El TWT ya se me atragantó a la semana de abrirlo, el FB lo tengo ahí, para echarle un ojo cada dos o tres días (o más) y ya hasta los blogs me dan pereza, vecino, includo el mío. Debo estar en horas bajas (por el calor, mayormente)
ResponderEliminarGracias, vecino. Te entiendo. En todo caso, no te enredes: pesca.
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