Poco a poco, con pequeños, sutiles y bienintencionados gestos, pensó, podía ayudar a cambiar el mundo. Bastaba un poco de buena voluntad. Así que pulsó decidido la tecla y, efectivamente, el salvapantalla del ordenador cambió para mostrar un encendido, pimpante, lujurioso ocaso.
Micro, micro... pero me ha gustado.
ResponderEliminarEso, entonces, no es un salvapantallas, sino un salvamundos.
ResponderEliminarMe temo que dio con las teclas equivocadas y las palabras emergían troceadas,cuarteadas,ariscas.
ResponderEliminarQuizás,tuvo que evitar ampararse en el lenguaje y manejar otra herramienta más contundente.
Que mala leche te gastas. Afortunadamente.
ResponderEliminarMmmm que sarcástico :-) Me gusta
ResponderEliminarSalu2
Me gusta. Está bien diseñado, es bonito y tiene un cierto deje irónico hiperbolizante en la descripción del ocaso.
ResponderEliminarMe alegra que te guste, Dinojuanjo. Era un poco más micro la primera redacción.
ResponderEliminarMe parece, Francisco, que salvamundos no está en el diccionario. De modo que, si no lo registras tú, lo haré yo. ;)
Es posible, Felipe. Aunque hay pocas herramientas más contundentes que el lenguaje (no hablo de código binario), si a este acompaña el pensamiento y, sobre todo, la acción.
Mala leche no falta en esta casa, Dezaragoza. Es, a veces, la única virtud o el único defecto observable. En todo caso, no viene mal darle un chapuzón a tanto buenismo suelto por ahí, sobre todo si no conduce a nada.
¿Sarcástico? Es que a un paso está la Navidad. Gracias, Markos.
Javier: anda que te lo has tomado con calma. Se agradece, no creas. En cuanto al deje, es, cierto, el tono del texto. Uno ocaso como el de la foto se presta a ello. Menos mal que no sales con la aliteración de la "p", que es el pie material. Gracias.
Poco puedo añadir ya que los comentaristas anteriores han descrito muchas de las sensaciones que a mí tu microrrelato me ha producido. Bueno, por aportar algo, decir que sí, que el ocaso es lujurioso. Así lo has pintado y así debe ser, no?
ResponderEliminarBesos
Tenéis una imaginación tremenda. Es cierto que, como dice el dicho: lo bueno, si breve... Y a veces tu pones la madeja y los demás van tirando poco a poco del hilo.
ResponderEliminarYo creo que seguimos sin salvapantallas. O que eso que se denomina así y que a la postre debería salvarnos de algo, no nos salva.
Saludos
Carmen: ese ocaso es una ilusión.
ResponderEliminarEfectivamente, Froilán.