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31 de octubre de 2010

Esperanza Aguirre y la libertad de expresión

Esperanza Aguirre no pasará a la historia como la política más leída pero pudiera ocupar uno de los primeros puestos en el ranking de la doblez o de la hipocresía.

En el affaire Sánchez Dragó, la apelación de Esperanza Aguirre a la libertad de expresión es vergonzosa e indigna, no tanto por el sujeto y sus, al parecer, literarias declaraciones, como por mostrar, una vez más, el doble rasero con que la presidenta de la CAM y quienes como ella piensan defienden las libertades.

Muchos, madrileños o no, se han sentido ofendidos, con razón o no, por las palabras del escritor madrileño, quien se ha visto obligado a aclarar o, mejor, a quitar hierro de una manera un tanto cínica a lo escrito en Dios los cría... En 2004, el servicio de atención al ciudadano de la Comunidad de Madrid registró más de ochocientas quejas por el estreno de la obra de teatro Me cago en Dios en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. El autor, Íñigo Ramírez de Haro, es cuñado de Esperanza Aguirre. Ésta envió, unos días después del estreno, una carta a Manuel Hernández de León, presidente del Círculo, en la que manifestaba su indignación por el estreno de “una obra teatral cuyo título es marcadamente hiriente e insultante para una inmensa mayoría de madrileños, a la vez que ofende sus sentimientos más profundos”. No paró ahí el dedo “liberal” de Aguirre, pues ordenó a Santiago Fisas, consejero de Cultura y Deportes, que se reuniera con los responsables del Círculo “para adecuar la participación de la entidad que representa y para evitar incidentes como éste”. Esto es un ejemplo, como se ve, de defensa ecuánime de la libertad de expresión.

No tenemos noticia de que Esperanza Aguirre deplorase o condenase la agresión que sufrieron su cuñado y el actor Fernando Iracena por parte de dos ultras al comienzo de la representación de Me cago en Dios el día 1 de mayo de 2004. Cabe dentro de lo posible que la lideresa disculpase en su fuero interno el ataque como muestra de justificada indignación de dos ciudadanos, como hizo con los abucheos a Zapatero el día de la Fiesta Nacional.

5 comentarios:

  1. Pues me cago en dios que un impresentable como ese haga apología de la pederastia y que no le vaya a pasar nada. Cosas veredes amigo Sancho, cosas veredes.

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  2. El patinazo de la lideresa en el asunto de Sánchez Dragó está, amén de lo que señalas, en que no se trata de una pieza literaria, como argumenta ella, sino de un texto de índole biográfica. ¿Es ignorancia de la lideresa sobre el libro, porque no sabe de lo que habla, o doblez, con dices, porque sí lo sabe?
    En cuanto a la agresión, ¿será una variedad de libertad de expresión que hay que proteger?

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  3. Algo le está pasando, Dezaragoza: he leído que en algunas librerías de La Coruña se ha retirado el libro. Barceló ha cancelado una promoción de viajes ideada por el personaje. Aunque es posible, claro, que las ventas de Dios los cría... suban o crezcan.

    No creo, Francisco que Esperanza Aguirre haya leído el libro, como tampoco González Pons habrá leído Lolita cuando se atreve a comparar o relacionar la novela de Nabokov con el caso. La literatura no les interesa, como tampoco les interesa la libertad de expresión salvo cuando tiene que ver con sus intereses. En cuanto a las agresiones, sabemos que se pueden defender por acción u omisión; depende, claro está, de quién sea agredido.

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  4. ¿Qué decir? Todo está dicho, y sin embargo, ahí están.

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  5. Ahí están, ahí están... ¿viendo pasar el tiempo? Y riéndose de todo quisque.

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