Páginas

25 de julio de 2009

Los Reyes Magos no son los padres


Va a tener razón en algo doña Rita Barberá: aquí quien tenga que ver con la política recibe regalos. Si olvidamos el caso de Zapatero, a quien sólo se le pueden probar unas anchoas cada vez que Revilla lo visita, si olvidamos los Cohiba que dicen recibía González del dictadorísimo Fidel Castro, si olvidamos, en fin, las picotas de Esperanza, los regalitos que presuntamente se conocen van aumentando en cuantía a medida que se sube, es un decir, en el escalafón: una alcaldesa ha podido ser regalada durante varios años con bolsos que cuestan unos 800 euros; un presidente de comunidad autónoma ha podido recibir en trajes varios miles de euros... Si miramos más arriba, descontado, de momento, el Presidente del Gobierno, podríamos preguntarnos qué sucede con el Jefe del Estado: un Porsche por cortesía de Javier de la Rosa, el primer Fortuna, por deferencia del rey Fadh, el Bribón (todo un símbolo el nombre del yate), por obra y gracia de la gracia de empresarios baleares. Unos detallitos de poca monta.

Esto de los yates y alguna cosa más se ha encargado de recordárnoslo la Red de Municipios por la Tercera República que coordina Antonio Romero. Pero ya pueden vocearlo cuantas veces quieran, porque España es, parece, juancarlista.

Quizá pudiera decirse que doña Rita no estaba pensando tanto en sí misma como en otros que ocupan un cargo más importante que el suyo cuando abogó por la reforma del Código Penal. Pero en verdad os digo que todo parece más una conspiración, en esto le doy la razón al PP, para desmantelar definitivamente nuestras más añejas e ingenuas ilusiones. Primero nos enteramos, aunque hace tiempo, de que los Reyes Magos eran los padres. Llevamos, por desgracia, bastantes años sabiendo que los Reyes son doña Sofía de Grecia y don Juan Carlos de Borbón y Borbón, que nos han ofrecido su campechanía, su glamour y, hay quien dice, estabilidad democrática a cambio de coches, yates y Dios, si es que existe, sabe qué más.

Por eso, porque Juan Carlos I es el superaforado y esto nos encanta, lo otro no tiene apenas importancia. Para qué, entonces, vamos a hacer sufrir a personas honorables como Barberá o Camps. De qué sirve preguntar quién pagó la boda de Anita Aznar o qué regalos recibió la pareja Agag-Azanar de Correa.



Enlaces relacionados:

16 comentarios:

  1. Luis: esto no me gusta. No le veo la cosa literaria por parte alguna.

    ResponderEliminar
  2. Juan Carlos, deje usted a Luis que a mí esta literatura también me tira mucho :D

    Luis, campeón, has dado en el clavo. Mientras unos y otros distraen al personal tirándose los trastos a la cabeza el premio gordo se esconde detrás de estas rencillas. MOla.

    ResponderEliminar
  3. Sí Juan Carlos, deja a Luis que saque su vena crítica-política, que a mi me parece muy interesante lo que nos aporta. Es más "En estos días tan entrañables, me llena de gozo y satisfacción..." leer a Cypher.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  4. Pues hombre, te daría mi opinión, pero no, no sea que la aceptes y se lie la de Dios...

    ResponderEliminar
  5. Vosotros dadle correa a Cypher y esto se convierte en un barco ebrio.

    Gento, hombre, los visitantes también pueden opinar si lo hacen guardando medianamente las formas...

    ResponderEliminar
  6. Te lo dije, jefe: estas cosas interesan. Además, no pude ni quise ni supe aguantarme.

    Gracias, caballeros, por los ánimos. Espero que Juan Carlos no me ate demasiado corto.

    En efecto, Dezaragoza: cuando se olvida la raíz del mal, lo demás parece una pelea de colegio.

    ResponderEliminar
  7. Aaaah no, no me refería a las formas... Más bien al riesgo que, parece ser, todo el mundo corre ahora por aceptar cosas de otros...

    ResponderEliminar
  8. Anda: Oulipo se ha picado, pues ya tengo imagen propia.

    ResponderEliminar
  9. Ya dije, Luis, que cuando Oulipo se pone...

    Gento: ¿Y esa opinión?

    ResponderEliminar
  10. Poquito a poco iré adjudicando imágenes a los visitantes conocidos.

    ResponderEliminar
  11. ¡Ay, Juan, no me censures al niño, que cohartas su imaginación! ¿Nun ves que esto ye arte moderno de esi?

    Yo creo que lo mejor sería fundar un partido político para recibir regalucos. ¿o no?

    ¡Ah! Al leer el post, me acordé de un vídeo que vi hace tiempo. Aquí tenéis el link. A mí me pareció simpático.

    ResponderEliminar
  12. Jajaja.

    Si ya le dejo. Pero tenemos un contrato que se ha saltado con demasiada frecuencia.

    El vídeo, efectivamente, resulta simpático. Aunque no sé qué opinaría Cypher. Gracias.

    ResponderEliminar
  13. A mi el hecho de aceptar regalos que no se deben al trato personal, si no al puesto que se ocupa, me parece totalmente indecente.

    Y desde un cargo si recibes regalos personales, me parece estúpido, porque te lo van a echar en cara. Y la mujer del césar en lugar de parecer decente, será una meretriz de polígono abandonado. (Desde aquí todo mi respeto a las putas que se ganan duramente la vida)

    A mi se me ocurre que se podría adaptar el lema (lo siento, me gustan La que se avecina) "Soy mayorista, no limpio pescado" del personaje estridente de la serie televisiva, por un "Soy ElPutoAmo, no acepto regalos"


    El vídeo no lo conocía, está bien gracioso. :-D

    Salu2

    ResponderEliminar
  14. ¡Hala con la abulía!

    Estoy de acuerdo con lo que dices, Markos. Aunque la expresión "puto amo" no me gusta, considero que viene al dedo.

    ResponderEliminar
  15. Suena rara la expresión, pero es que hay tantas ElQueCortaElBacalao, ElBarandaFührer, y es que para indicar al que manda en cada sitio todas son feas :-P

    Que sí, que hay abulia. Que se me ocurren cosas pero las fuerzas me abandonan cuando se tratan de más de séis líneas.

    ResponderEliminar
  16. Markos: tómate un respiro, unas vacaciones. Cuando ncesites que esas ideas salgan a la luz las palabras vendrán casi por sí solas.

    El dolce far niente no viene mal de vez en cuando.

    ResponderEliminar

Piénselo bien antes de escribir