Prendo una varilla de sándalo
e intento descifrar las huellas
del humo. Son pasos silentes
que conducen a rostros preteridos;
un cerco en la mancha de luz
que titila en el incensario.
No hay otros nombres que los de mis sueños,
ni más llama fugaz que acuerde
sus notas a las del cansancio.
Si cerrara los ojos, el aroma
prolongaría el fin del rito.
Hay paz en lo que cesa,
una paz animal asida al aire
como el despecho a un relicario.
Quizá todo consista en ver la brasa
y aventar las cenizas.
Juan Carlos, de pronto te he imaginado en un templo hindhú o mejor, budista, quizá perdido en los valles de Pokhara en el Nepal, o tal vez en algún recoveco de Timphu. Je je, mucho más sugestivo que imaginar la historia de alguien cansado, en la recta final del curso, aunque saboreando las mieles de las inminentes vacaciones... Y digo mucho mejor que eso, porque me da una envidia impresionante.
ResponderEliminarEspero que la interpretación sea la adecuada y no haya cesado cualquier otra cosa. Un abrazo fuerte.
Sí, señor. Eso me parece a mí. Cierre de curso y vacaciones. Por cierto, espero que no seas un profe hueso de esos que suspenden con un 4,5.
ResponderEliminar¿Pero tú cómo carajos corriges los exámenes?
ResponderEliminar@Francisco. Noooooo ¿cómo puedes pensar que Juan suspende a sus nenos con un 4,5? ¡Los suspende con un 4,9! ¡Muajaja!
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^^ Me gusta el poema ^^
Gracias, Kir.
ResponderEliminarIba a decir, para manteneros en ascuas acerca de cómo corrijo, que un 4,9 es, prácticamente un 5, y que un 4,5 no es exactamente un aprobado. De todas formas, las pruebas escritas no son los únicos instrumentos que utilizo.
En cuanto al poema, que entiendo ahora como un lector más, creo que pretendía ser algo así como una elegía sosegada. La imagen del humo del sándalo se relaciona con las cosas que pasan y cesan. Este tránsito se acepta, creo, como algo inevitable.
Así que, amigos, si se entiende como algo alusivo a un cierre de algo, no voy a ser y, otro lector, el que lo discuta.
Santi: no creas que me vendría mal ahora un poco de despego o nirvana budista.
Me ha encantado ese momento de relax, el simbolismo de acabar con algo viendo la brasa y aniquilando las cenizas y sobre todo "una paz animal asida al aire"
ResponderEliminarVeo que muchas veces nuestros escritos se escapan de nuestro control en labios de los lectores y toman caminos que no habíamos previsto.
Crecen a nuestro amparo y se independizan tomando los caminos que quieren para hacer sentir al que nunca hemos soñado que pueda leerlo.
Entre exámenes y plantillas de chupitos los días tienen que ser duros, y todavía nos deleitas con versos.
Gracias
Eres un maestro capaz de transmitir solo con palabras esa sensación. Hay que escribir muy bien para conseguirlo.
ResponderEliminarMarkos: gracias. Creo que, efectivamente, el verso que citas es el mejor del poema. Un hallazgo feliz. En cuanto a los demás, he dicho más de una vez que una lectura atenta y abierta es una creación y que un texto se cumple en las lecturas. Es cierto que los lectores encuentran muchas veces caminos y matices que el autor no vio al escribir. Esto habla del poder especial de la palabra y es hermoso.
ResponderEliminarLos exámenes se van acabando y la plantilla de Chupitos no necesita mayor atención de la normal. De modo que imagino poder publicar con más regularidad en este rincón que es vuestro cuando os acercáis.
En cuanto a los versos, aparte de lo dicho, hay que añadir que es de hace unos años. Me daba grima ver el blog desasistido y me pareció buena idea compartirlo.
Gracias a ti también, Dezaragoza.
Me encanta la verdad, no puedo decir mucho más. Saludos Juan Carlos
ResponderEliminarGracias, Pharpe. Hay cosas que a veces no se saben explicar.
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