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8 de junio de 2009

Cacao maravillao



Foto de Lorenia

Hasia Belén va una bugga
Ggin, ggin.
Io me ggemendaba,

Io me ggemendé...

Imaginaos a Mireille Mathieu enredándose con las erres del simpático villancico. Después continuaba: “Caggada de shocolaaaate.” Imaginaos, y a lo mejor tenéis que hacer un pequeño gran esfuerzo, un niño: el niño que era yo entonces. La dicción de la Mathieu era motivo suficiente de risa. Pero no voy a descender ni ascender la pendiente de la escatología ni de la cacología, porque quiero hablar de chocolate.

No merece la pena que haga apología o historia de, o que hable de virtudes, propiedades... Prefiero las sensaciones, los recuerdos, el salto mortal (de necesidad) sin red en el hueco, silencio o blanco que queda, o se abre, entre palabra y palabra.

No es en vano que haya comenzado este escrito con una referencia navideña. Para mí, que abomino ahora de la tontuna que nos posee por esas fechas, así como de la maníaca enfermedad de comprar y quedar bien, las navidades se asocian a la infancia como la uña a la carne. De modo diferente, también el chocolate. Diferente porque, aunque mis gustos han cambiado (ahora lo prefiero negro negro, mi amor), me apetece de cuando en cuando.

Imaginaos en el patio del cole... Ya, ya sé que también el vuestro quedó atrás. Una onza de chocolate y un cuerno de pan. Pan y quesito y el Sebas destrozando sin rencor, profesionalmente, mi canica preferida. Y los mecheros de la señorita Cari. Y las orugas y los cromos de Vida y color. Y luego, ay, más tarde, los mini-shorts de Lola, que tenía uno o dos años más, siempre uno o dos años más (“Doctor Gannon, cirujano...”, cantaba la paloma).


Foto de Mkrigsman

Se fue, pero quedó, ese aire de fiesta... Sí, sí, ya sé: la infancia y la pubertad pueden ser atroces. Pero no quiero, no quiero recordar ahora, por ejemplo, cuándo le vi por primera vez la jeta a la muerte. La misma sensación de fiesta que me deparó Charlie y la fábrica de chocolate de Tim Burton y, algunos años atrás, yo era un niño, ni más ni menos, la película que protagonizó Gene Wilder, que, por mucho que se empeñen las hemerotecas, aquí se tituló Un mundo de fantasía.

Y yo que no quería hacer historia. Vayamos hacia el final... Chocolatadas en botes de pintura en un Sacramenia en fiestas. Chocolatito y churros, las mañanas de año nuevo, en San Ginés o, mejor, en cierto rinconcito de Usera. Trufas y champán; pero esto no os lo cuento, porque duele mucho. También tengo una receta, o algo así: palomitas y conguitos.

No podía dejar pasar la ocasión que se me ofrecía de poner un poco de color o de sabor a esta página que a veces es áspera. Pero hay veces en que el alma, si es que existe, se me pone de vacaciones, y el cuerpo se me llena de imaginario regaliz, de cochecitos y, por supuesto, de chocolate. Y saco a pasear, así le da un poco el aire, a ese niño que fui o que sigo siendo.

¿Hace un bomboncito? Permitid que lo acompañe con café.


PS.: “Chocolate, molinillo./ Corre, corre, que te pillo./ Achupé, achupé,/ sentadito me quedé.” Y una furtiva lágrima por los tiempos idos que no se fueron.

24 comentarios:

  1. El chocolate me ha acompañada toda mi vida. También (como tu) ahora negro-negro.
    Recuerdo algun tiempo en que en mi pueblo daban chocolate cuando se iba a misa, un par de onzas y un bollo de leche, yo iba por aquello de la vocación ¿o iba por el chocolate? jejejeje seguro que por lo segundo.
    Salud y suerte.

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  2. ¡Que antojo me ha entrado de comer chocolate!

    Yo recuerdo las ensaimadas con tableta de chocolate... ¡Que ricas!

    Y esos bocadillos de nocilla que me hacía mi madre... ¡Que buenos!

    Decidido, me voy a cenar. Hoy me doy un homenaje: ¡bocadillo de nocilla!

    Por cierto, NUNCA dejes de ser un niño.

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  3. Bienvenido, Gildo. ¿De verdad eres o has sido pelotari? Curiosas páginas mantienes, por cierto. Habrá que hacer una visita más detenida.

    Juanjo: cena algo más, hombre, que estás de exámenes, ¿no?

    Leche, cacao, avellanas y azúcar...

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  4. ¡Cacaaao maravillaaao la lala lala lala lala laaaaa!

    ¡Tengo una idea! Hagamos un trato: tu te quedas con el chocolate y yo con el negro :D ¿va?

    [cacaaao maravillaooo...]

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  5. De acuerdo, Kir. Ningún problema: me gusta el chocolate y me gustan las chicas.

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  6. ¿Lo del chocolate es para endulzarnos a algunos el día? ¡Qué generoso eres! Otro don más que añadir a tu cofre. Pues a mí no me gusta el chocolate y la onza de chocolate con el trozo de bollo se me atragantaba de tal manera que odiaba la merienda. ¿Sabes? Últimamente me encanta mezclar sabores: dulce y salado. Y tengo una memoria tan selectiva que la niñez la tengo casi olvidada y la juventud y lo recorrido en la madurez, incluso ya no me acuerdo de ayer. Mi pasado es siempre el futuro, ya sólo pienso en terminar el curso en ir Madrid, a Barcelona y a Múnich.

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  7. ¡Ay, que lo borro!

    Esa era la idea: un escrito aparentemente intrascendente. Nunca llueve a gusto de todos.

    La mezcla no está mal, Juan, si se sabe hacer.

    Por otro lado, cada uno considera el pasado como quiere, claro está, o como el pasado mismo le deja, tal vez.

    Vaya vuelta que vas a dar.

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  8. Este bombón me ha sabido a gloria. Pero reconoce que un rato nostálgico te has puesto :D

    Un saludo y gracias por la invitación.

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  9. Pues sí. Nostálgico estaría cuando lo escribí hará un año. Me apetecía publicar algo así. No sólo de pan vive el hombre.

    Dezaragoza: si te llega un correo con el texto de este comentario, disculpa y no hagas caso. Me he puesto a responder en gmail sin darme cuenta.

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  10. Pues se merece más de un punto, desde luego, pero al menos tiene nuestro agradecimiento. Y no acertaríamos a exponerlo con ese tiento que tu sabes darle a las palabras. Por cierto, el chocolate "Mata", que se fabricaba en Herrera de Pisuerga y estaba duro como un canto.

    Oye, la caja de marras, parece que están vivos.

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  11. Jajaja.

    Sí que parecen vivos, sí.

    ¿Chocolate "Mata"? ¿Y mataba o te dejaba sin dientes? Para que los odontólogos se forrasen, ¿no? O, si no, el barbero.

    Gracias, Froilán.

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  12. Jolín, vecino. esta mañana estaba hablando con un compañero de series de tv antiguas (Yo soy espía, Viaje al fondo del mar, el Túnel del tiempo, Hong Kong, Los vengadores...) y me vienes con el chocolate y el doctor Gannon.
    Yo merendaba chocolate con un chusco de pan delante e la tele. MI madre no me dejaba comerme la media libra entera (así se pedían entonces en el ultramarino: "Deme media libra de chocolate elgorriaga") pero si toda la barra de pan si era preciso.
    he visto publicidad por algún lado que anuncia el regreso de La campana de Elgorriaga... ¡Qué recuerdos! Vinculados a las series de la tv (En tiempos del Gannon creo que ya era adolescente)
    Como tú y algún otro, ahora me decanto de vez en cuando por el chocolate sin leche. Lo hay al 75%, al 80% y hasta al 96% de cacao. Lo compro y luego se muere de risa en el frigorífico. Se me olvida comerlo. En fin, que estas cosas de la infancia van ligadas, como las cerezas, tiras del chocolate y sale la tele, y tiras de la tele y algún libro, y del libro alguna otra vivencia. es que tenemos el pasado ahí, en el cesto, listo para tirar del hilo y redescubrirlo...

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  13. Así que, por lo menos, Francisco consigo despertar algún recuerdo.

    Es cierto que la memoria es a veces como el sombrero de un mago o una caja de costura.

    Ahora que lo dices, Viaje al fondo del mar y Los vengadores eran la leche, con perdón. Y El prisionero y Misión imposible...

    La canción del doctor Gannon era una contrahechura de "Capitán de madera", que cantaban, creo, La Pequeña Compañía.

    Hilando, hilando... en la educación sentimental e imaginaria.

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  14. Se nota que esto lo tenías guardado muy dentro. A mi me ha recordado a mi abuela rayando un chocolate negro, duro como una piedra y con textura de arenisca. El olor, y alguna imagen borrosa en blanco y negro. No recuerdo el sabor, sólo que estaba tan caliente que arrasaba con lengua y paladar. Muy dulce. Quizás por no querer recordarlo ahora el chocolate lo tomo acompañado de una cervecita.
    Salu2

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  15. ¿A qué chocolate te refieres, markos, para tomarlo con cerveza?

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  16. Un momento que miro en el federico...
    Nestlé, chocolate Nestlé, de comer :-D
    Que va para un año que dejé de fumar. En general.
    Salu2 :-D

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  17. ¡Ah las abuelas! La mía, porque a la paterna no la conocí, murió unos meses antes de cumplir cien años.

    En cuanto a lo que sale de dentro, es cierto que he echado mano de episodios que, de alguna manera, me han hecho como soy. A otros sólo he aludido.

    La combinación de cerveza y chocolate no está mal, aunque la encuentro un tanto insatisfactoria. No acaba, para mí, de cuajar el amargor del lúpulo y las burbujas con el cacao.

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  18. Ahora bien, si hacéis uso de la recetilla de chuches de que hablo (palomitas y conguitos), la cosa cambia.

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  19. Ten cuidado, me pareció ver como en algún momento se te despeinaba el flequillo...

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  20. Difícil es, Ada, pues poco pelo me queda para hacer de él flequillo. Aun si fuera el caso, me da igual ir despeinado.

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  21. Que dulces meriendas en compañia de un buen trozo de pan o currusco y una tableta de "La Campana de Elgorriaga.Marianlady.

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  22. Bienvenida, Marian. Me alegra que te haya interesado mi escrito.

    Gracias por tu visita.

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  23. Me están dando ganas de un chocolate con churros, voy a tener que ponerme a freírlos ... Si lo hago ya os contaré que tal salio la cosa xD

    Saludos

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  24. Pues a la faena, Pharpe. Si te salen bien, avisas para cuando toque ir a Vigo.

    Encantado de tenerte por aquí.

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