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7 de marzo de 2009

Perdonen que no me levante


Bendito el dios que nos trajo la risa, para que sonasen cascabeles en todos los mortales. Porque el hombre ríe y rió antes el primate que fue, y ríen los primates de ahora, y ríen perros y ratas.

Dicen los antiguos que fue Momo, al que se representa con una máscara, que alzaba para se le viese la cara, y un muñeco en la mano, que simboliza la locura. Pero Momo era un dios malintencionado; aunque tiene gracia que lo expulsaran del Olimpo por burlarse de los dioses. Luciano de Samosata cuenta que se reía de Hefesto porque había hecho al hombre sin una ventana en su pecho por la que pudieran verse sus pensamientos.

Pero la risa no es sólo esto. No es sólo hacer blanco del poder, recurso lenitivo y vivificante del bufón, ni, mucho menos, de los defectos o de las diferencias que no entendemos, fuente del humor más zafio. Por eso prefiero el mito japonés de las diosas Amaterasu y Uzume. Amaterasu, diosa del sol, se encerró en una cueva y las tinieblas se apoderaron del mundo. Los dioses intentaron en vano hacerla salir, hasta que llegó Uzume, diosa de la danza. Uzume comenzó a bailar delante de la cueva. El baile fue, sin duda, tan prodigioso y tan divertido, que los dioses rieron a carcajadas. El alboroto y el alborozo consiguieron que Amaterasu saliera de la cueva y la luz volvió a brillar para mortales e inmortales.

La risa bien entendida, como la caridad, empieza por uno mismo. Quien no sea capaz de reírse de su propia insignificancia, no merece una butaca para asistir a la danza de Uzume. Esta razón es la que me lleva a admirar a aquellos que, como el de la foto, Groucho Marx, arrancan la carcajada o la sonrisa partiendo de su propia sinrazón, cuando no de su desvalimiento, y de la sinrazón de prejuicios y convenciones.

Yo, que a veces me declaro marxista (rama groucho o harpo, por supuesto), hubiera deseado poner en mi epitafio lo que se lee en el título de este escrito y que se atribuye al gran Groucho.


6 comentarios:

  1. Es que hay que ser muy grande para tener un humor tan excepcional como el de aquellos. Como Gila, o Eugenio o tantos otros. Y lo que cura la risa no lo saben ni los médicos... Un saludo, un post realmente interesante.

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  2. Estoy de acuerdo con lo que dices.

    Gracias por el comentario.

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  3. No tengas prisa por ponerte epitafios, Juan Carlos. Yo soy también marxista redomado y considero que hacer reír es más dificil que hacer llorar. Y más arriesgado. No hay nada más patético que un payaso sin gracia. Puedes escribir un drama, pero si fracasa porque no le llega al lector no pasa nada, no es grave. será que no te entienden. Pero si escribes una comedia que no provoca al menos una sonrisa, estás perdido. El ridículo te impedirá volver a coger la pluma

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  4. Vaya, vecino, me has pillado haciendo "ping": Cypher acaba de estrellar uno de sus huevos. Espero que os haga reír, dentro de lo serio del asunto, un poco.

    Tienes razón. Aunque también hay dramas ante los que toca reír y farsas que nos hacen casi llorar.

    En cuanto a mí, me queda cuerda para rato.

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  5. Estoy de acuerdo en que hay que reírse. Lo último en perderse no es la esperanza. Lo último en perderse es el humor. Si no lo tienes, lo llevas crudo en esta vida en la que la esperanza es como caminar por un alambre con los ojos cerrados.

    Lo que me ha llamado la atención es la forma de unir dos de las cosas que más me gustan. El sol y la risa. Preciosa leyenda.

    Por cierto, el epitafio de Groucho, lo queremos todos. Lástima que yo no tendré lápida. Y que Groucho aunque la tiene, no tiene puesto eso en la suya (leyenda urbana)
    http://2.bp.blogspot.com/_BcI_PC1kAz0/R9OpaEosXCI/AAAAAAAAANs/a-W-iPuts6A/s400/Lápida+de+Groucho+Marx.jpg

    Salu2

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  6. Gracias, Markos por tu comentario y aportación. Lo de la atribución del epitafio es algo a lo que aludo al final de mi escrito.

    Voy a tener que poner un artilugio de últimos comentarios, porque, si no, va a parecer que peco de descortés.

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