Ya que el jefe nos ha llevado en su última entrada al territorio de los sueños, al mundo de los juegos, vaya, a la infancia de los cuentos o al revés, hemos pensado que no viene mal aportar nuestro granito de arena.
Por imaginar, quizá más de uno ha imaginado qué pasa con un globo cuando se escapa de las manos. Habría que volver a ser niño para sentirlo, además de imaginarlo. Pues bien, en este vídeo de producción francesa, encontramos una explicación de una tristeza sobrecogedora.
Disfrútenlo.
No os lo vais a creer: he visto uno de los globos que perdí hace ya unos cuantos años en una situación muy similar a la de la niña...
ResponderEliminarUna vez más, una elección deliciosa. ¿Qué niño no se lo ha planteado alguna vez? De todas formas no sé qué es lo que tiene el pensamiento francés que no deja a nadie indiferente...
Gracias, señorita.
ResponderEliminarLa verdad es que el corto es una joya.
También nosotros tuvimos la sensación de reconocer alguno de los globos.
En cuanto a los franceses, son muy sesudos. Tengamos en cuenta que llevan dándole bien a las neuronas por lo menos desde el siglo XVIII, si nos olvidamos de Descartes.
Desde luego que sí. Además es propio de la cultura francesa, en especial claro está de épocas y movimientos determinados, una vuelta de tuerca sobre la percepción de la realidad que a mí personalmente me resulta de lo más jugosa.
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