Nadie discute que la familia ha de transmitir valores morales. Nadie discute, tampoco, que la familia tiene derecho a elegir qué clase de educación quiere para sus hijos. Otra cosa es la base sobre la que se sostiene esto en la práctica. Otra cosa es, si nos fijamos en lo que sucede en la Comunidad de Madrid, que se intente imponer un modelo ideológico, por las buenas malas o por las malas buenas, con la excusa de defender los derechos, siempre respetables, de una minoría del influjo pernicioso de "un catecismo político".
El 17 de septiembre empezarán las clases para los alumnos de la E.S.O. Según la misma Comunidad de Madrid, los alumnos que han objetado en Primaria a Educación Para La Ciudadanía son menos del 1%. La Comunidad cifra, además, en unos 115.000 alumnos el número de los que este año tendrán que cursar la materia citada en la E.S.O. De ellos, han objetado 890, es decir, poco más del 0,71%. Mucho ruido para tan pocas nueces.
Ya que de catecismos se habla, aunque opino que la catequización en materia religiosa se ha de hacer en la familia y en las iglesias, no pongo reparos a que los centros católicos privados la sigan ejerciendo en sus aulas. Con su pan se lo coman. Sin embargo, si la información publicada por Joaquina Prades en El País del pasado 14 de septiembre es cierta, resulta curioso meditar acerca de los valores que ese sector defiende y que son, me temo, los que mueven a los políticos que amparan la objeción de que hablaba.
La señora Prades hace un recorrido sumarísimo, pero jugoso, por el libro Ética, redactado por José Ramón Ayllón y Aurelio Fernández para la editorial Casals, y destinado, como manual, a 4º de la E.S.O., que, según parece, va a ser utilizado en muchos colegios católicos privados. El resumen de la periodista no estará muy lejos de la realidad cuando, no sólo las federaciones de la enseñanza de UGT y Comisiones Obreras, sino también la Federación de Asociaciones de Directores de Institutos se echan las manos a la cabeza.
Empiezo por el final. Parece que los sesudos autores, filósofo, antiguo profesor de religión y experto en bio-ética el uno, teólogo el otro, la toman, cómo no, con Epicuro, Protágoras, Voltaire, Hume, Marx, Freud y Nietzsche, entre otros. Nietzsche es peligroso por su conducta independiente. Pues bien: los independientes al infierno. Sin embargo, ya cansa la manida condena del alemán como precursor del nazismo, y espeluzna la relación de su final, ya que murió enfermo de sífilis y enajenado, con el destino que espera a quienes niegan a Dios. Olvidan, seguramente, que más de un papa y más de un rey padecieron el llamado morbo gálico. Una joya de rigor argumentativo, como puede esperarse de especialistas militantes del integrismo.
Paso por encima de la falta de caridad, en el sentido cristiano de la palabra, que supone negar, aun a los esposos estériles, el recurso a la reproducción asistida. Me río de la patochada que supone utilizar unas palabras de Hamlet ("El temor de un algo después de la muerte") como prueba de la existencia de Dios. Si, como dicen estos señores, "ver a Dios en todas partes y en todas las cosas no es propio de santos, sino simplemente de hombres sensatos", igual es un ejercicio de sensatez ver a Dios en las casas de las mujeres maltratadas por sus parejas legítimas o ilegítimas. Las recetas que recomiendan para las tragedias familiares son las de la resignación y el sufrimiento, pues "si se quiere ser muy feliz hay que ser muy fiel" y "hay que sufrir por defender el matrimonio", porque "la diferencia entre una tragedia sin divorcio y otra con divorcio consiste en que dentro del matrimonio la tragedia puede ser noble y ejemplar."
Como el asco empieza a mover mi bilis, vayamos a lo que argumentan acerca del aborto, al que comparan con el holocausto y la bomba de Hiroshima. No quedan lejos, por mucho que lo pareciere, los tiempos de libros de texto como el manual Ética y Moral I, de los catedráticos Antonio Bolívar y Salvador Villegas. El libro, que fue publicado por la editorial Bruño en 1992, allá por los años que, en palabras de Armas Marcelo, fuimos Marilyn, no puede calificarse, precisamente, de "catecismo político". Esto es algo de lo que en él se lee acerca del aborto:
No hay, pues, acuerdo sobre el momento en que puede considerarse persona al feto, ni siquiera sobre el momento en que comienza el embarazo, que unos consideran comenzado en el instante mismo de la fecundación y otros cuando el óvulo, ya fecundado, anida en el útero.
Aunque me importa un ardite que me acusen de tendencioso, voy a hacer honor a estos profesores transcribiendo un párrafo más:
Hoy por hoy, sin embargo, con el actual estado de las ciencias médica y psicológica, es imposible probar que un feto no viable fuera del seno materno reúne todas las características de la persona; pero sí es evidente que constituye la base corporal en la que progresivamente se irán apoyando éstas, en su aspecto psicológico e intelectual. Debe ser considerado, cuando menos, un proyecto de persona, independientemente incluso de si tiene vida propia o forma parte de la corporalidad de la gestante.
La diferencia de lenguaje con el libro de la editorial Casals salta a la vista.
Puestos a objetar, no puedo desaprovechar la ocasión que me brinda esta mi primera aparición en Por el camino de la letra para abogar por la objeción, en la enseñanza pública, no sólo a la materia de religión, sino también a cualquiera de sus alternativas.
Me repugna terminar con unas palabras de Ayllón y Fernández. Si estos tiempos "han sentado a Dios en el banquillo de los acusados", quizá sea porque tenga algo de culpa.
Para más información:
En primer lugar no perdamos las formas. Un placer, Cypher.
ResponderEliminarPor cada paso que se podría adelantar está visto que hay que echar otro atrás.
Lobo con piel de ovejita. Lo que parece el ofrecer una opción alternativa es una trampa para volver a recuperar el terreno perdido.
Puestos a carcajearnos o a revolvernos, sea lo que sea lo que elijamos, sorprende la mixtura de incongruencias que se presentan según lo que comentas a los pequeños cuyas familias han decidido convertirlos en objetores.
Ningún sentido tiene pensar, por ejemplo, que un Dios como el que prodiga el catolicismo con virtudes absolutas como el amor, la bondad o la justicia, deseara que, por citar uno de los casos que presentabas, una mujer maltratada aguantara dicha situación vejativa o incluso peligrosa por salvar la permanencia de la unidad familiar. De locos, vamos.
Eso sí, la reflexión está ahí, y el debate abierto. Si hablamos de instituciones laicas, ¿no se deberían también de cuidar otros aspectos relacionados con las religiones judeo-cristianas, como las festividades paganas que se celebran ceremoniosamente año tras año en la enorme mayoría de los centros educativos?
No acabo de entender del todo lo que dice la señora o señorita en el último párrafo. Si por festividades paganas entiende navidades y carnavales, habría que precisar en qué sentido es necesario cuidarlas.
ResponderEliminarAgradezco, con todo, que mis humildes palabras hayan interesado lo bastante como para merecer su comentario.
Louis: me temo que te va a tocar hablar de esas fiestas.
ResponderEliminarfSencillo, Cypher.
ResponderEliminarSe me escapa, aunque en nuestros días ya no se las pueda catalogar casi ni de tradiciones debido al peso comercial que tienen, por qué cuando llega diciembre, por ejemplo, tantos niños reciben en sus aulas la visita de los tres Reyes Magos y se les empapa en villancicos con letras claramente influenciadas por las creencias cristianas.
Menuda carita de no entender se le tiene que quedar, se me ocurre, a la pequeña Soukaina...
Y sí, Louis. Sería un placer volver a leerle pronto, y con más razón si fuera tal y como imagino, más allá de la explicación etimológica o antropológica.
Tras una semana algo... extraña, vuelvo por estos parajes...
ResponderEliminarEl señor Cypher (cuyo nombre inevitablemente ligo a De Niro y Rourke) dice cosas muy sensatas... tanto que son incomprensibles para los integristas-extremistas que a día de hoy toman las decisiones sobre lo que es ético... o moral. Confundir lo moral (ese mundo interno que nos empuja a decidir qué es lo de más valor en nuestra escala) con la moral religiosa acaba generando esta basura disfrazada de ética, que no deja de ser más adoctrinamiento disfrazado de filosofía.
Buen estreno, Lou...
Salud.
Gracias, ando de experimentos. Quería hacerlo desde hace días pero no encontraba (ni encuentro) el momento.
ResponderEliminarAsí es, la pequeña Soukaina es magrebí.
Me limito a hablar, leeré esto después de comentar.
ResponderEliminarSeguramente califique de "mítico" un diálogo de videojuego porque he tenido una vida demasiado sencilla que giraba alrededor de mí mismo... Es para mí mítico escuchar a Snake dejando mal a otro... Además, yo paso por muchas fases... Y ahora estoy en la fase que sólo se centra en los entretenimientos electrónicos...
Como nota o apunte... "Cypher" era también el nombre de las cámaras de vigilancia voladoras de "Metal Gear Solid 2"...
Salud
ResponderEliminarPara todos y en especial para Louis de este pretendido Senglar.
Terminada mi carrera cristiana con nota, pues me sometí a multiples vejaciones de mi infancia, disfrute de un nuevo mundo que me otorgó la posibilidad de ser consecuente con mis valores. Y la oportunidad,bien aprovechada, ratificó mis convicciones sobre el uso y abuso de poder, perpetuado hasta nuestros días, por quienes gustan del chantaje emocional y el asesinato mental.
He conocido personas de alma sustraída, hermosos escaparates de valores expropiados a la naturaleza del Hombre para convertirse en grilletes y sables en manos de quienes carecen de ellos.
Un placer Louis.
SENGLAR