Escribir es quitar pieles, descorrer membranas, apartar tejidos y epitelios, desarticular la fusión de letra y sentido, deshacer la escritura para hacerla, rehacerla y deshacerla hasta el infinito de la línea. (Margo Glantz)
A falta de otra mejor, utilizo la palabra contrahechura para designar la técnica o el trabajo que propongo en este ejercicio. Utilizo, además, el término un poco a la manera de la mejicana Margo Glantz: la copia de un texto que es, a la vez, réplica del mismo en tanto que lo deforma. Es un procedimiento paródico, en un sentido amplio, que tiene su origen en el contrafactum musical y en las versiones burlescas o a lo divino de textos conocidos o de textos profanos, respectivamente. En el primer caso, se partía de una canción ya existente para crear textos diferentes a los originales. En el segundo, la resemantización procede por reescritura.
Veamos lo que Sebastián de Córdoba hizo con la primera estrofa de un soneto de Garcilaso de la Vega, quien escribió:
Por ásperos caminos he llegado
A parte que de miedo no me muevo,
Y si a mudarme a dar un paso pruebo,
Allí por los cabellos soy tornado.
Sebastián de Córdoba lo transformó así:
Por ásperos caminos he llegado
A parte que me pierdo si me muevo,
Y si a mudarme a dar un paso pruebo,
Allí por Jesucristo soy tornado.
En los ejemplos que siguen, el proceso consiste, básicamente, en la permutación de palabras y expresiones, con algunas correcciones y cambios que facilitan las concordancias y la creación de nuevo sentido. Este es el texto original:
DR. HYDE
Crece bajo la luz la sombra,
Si no estás a mi lado.
¿Quién es este desconocido
Al que aturden las voces,
El tráfago urbano, la lenta
Amanecida, si le falta
El calor de tu cuerpo?
En la negrura hiere
Con hojas que velan los ojos,
Con besos de cieno que abrasan
La boca, si no lame
Tus labios.
Ven, apura.
Porque espera que lo apuñale
Donde queman en soledad
Las huellas de tus pasos
Cuando te marchas, cuando dejo
Que te alejes de mí.
Veamos, ahora, dos textos que transforman o contrahacen “Dr. Hyde”:
MR. JEKYLL
Apura, apura: ven...
Las huellas de tus pasos
Aturden la negrura,
El tráfago urbano, las voces,
Queman en soledad cuando te marchas.
Si no estás a mi lado,
¿Quién es este desconocido
Que crece en la sombra, en la lenta
Boca amanecida, si no lame
Hojas de luz que velan
El calor de tu cuerpo?
Si le faltan tus labios, hiere
Con besos de cieno que abrasan.
Lo apuñala la espera
Cuando bajo los ojos
Porque de mí te alejas.
MRDR
Si lamen la sombra tus ojos
De negrura desconocida;
Si queman a tu lado
La lenta boca de la soledad,
Ven a que te apuñale.
No estás donde las hojas
Abrasan con luz de los labios,
Sino en la amanecida
Que crece bajo el cieno.
Apura: ven que te apuñale.
Porque hieres a quien
Vela las huellas de tus pasos,
Al este del tráfago urbano,
Con besos que aturden la espera,
Ven a que te apuñale.
Apura la voz que te dejo
En el calor que faltará
A tu cuerpo cuando me aleje.
Pero para esto...hace falta un texto base...y tirar de lo propio sería terminar de arreglar algo mediocre...puf, puf...habrá que pensar...
ResponderEliminarDe todas formas todavía tengo pendiente el cuento, para el que necesito determinado ánimo que no encuentro, y la poesía encadenada...a la que tengo que dar forma...