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25 de septiembre de 2008

Teatros del Canal: con Botella, pero sin Boadella



Bendita Antonia, la jubilada conquense que puso un dedo en la llaga de la inauguración de los Teatros del Canal. Se acercó a doña Esperanza, la agarró por la pechera y le preguntó por qué los ciudadanos no podían ver esa “cosa tan bonita”. Los cientos de manifestantes que gritaban a la entrada contra la privatización del 49% del Canal de Isabel II pusieron otros tres. El quinto dedo escapó volandero de las manos de los ausentes.




A doña Esperanza le hubiera resultado laborioso explicar a Antonia que la Comunidad no puede gastar cada noche 14.000 euros por ciudadano. Esto sólo se hace en ocasiones excepcionales, como la de la inauguración, y con personas excepcionales como don José María Aznar, sin bigote, y doña Ana Botella, también sin bigote. A doña Esperanza le hubiera resultado incómodo explicar que el Canal se ha avenido a pagar casi 1,2 millones de euros, sin contar el IVA, a la productora Boomerang TV. Esta empresa, según fuentes de El País, obtendrá un beneficio de unos 284.000 euros. Una bagatela, si lo comparamos con la ficha de un crack del fútbol, los innúmeros granos de arena de un desierto o la inmensidad del mar océano. Cómo le podría decir la liberala a la señora Antonia que su paladar, que pudiera degustar quizá jamón de pata negra, no está hecho, seguramente, al bombón de foie almendrado, las mediasnoches de carpaccio, las tartaletas de brandada de bacalao, el redondo de brie con membrillo o los pinchos de atún rojo marinado en soja que, bebidas aparte, se sirvieron a los invitados. Fue un humilde tentempié para tiempos de recesión, un sostenible copetín de 126.000 euros, a 140 euros por barba o barbilla.

A los manifestantes no hacía falta decirles nada. Bastaba con aplicarles la máxima de Güemes: “Los sindicalistas liberados también tienen derecho a ganarse el sueldo.” Manifestantes o sindicalistas o, por qué no, trabajadores del Canal llevan un tiempo soñando con cifras. Según Ignacio González, vicepresidente regional y presidente del Canal, quien niega el monto citado para el fiestorro, la culpa de la proyectada privatización la tiene Zapatero, que no suelta 1.200 millones del ala “y el dinero hay que sacarlo de algún sitio”. Sí había, según parece, para la insólita inauguración, tras seis años de obras y varios de retraso, de unos teatros que han costado 100 millones. Con toda probabilidad, la pasta ha salido de los 80 millones de beneficio neto que la empresa ha obtenido el pasado ejercicio económico.




No puedo hablar de la gala, puesto que no se me invitó. Las críticas no pueden calificarse de buenas, salvo las que hablan de la pericia de Nacho Cano como instrumentista y la intervención de Antonio Vega. Se sabe que los representantes del PSOE y de IU no acudieron, quizá porque de esa manera se ganan el sueldo. Más llamativa fue la ausencia de Alberto Ruiz Gallardón y de Alicia Morenoo, padre y madre, respectivamente, de los Teatros. Que Boadella no acudiera tampoco no debe sorprender: ya se sabe que los cómicos son un poco raros.

Lo más chocante de esta historia es que los Teatros del Canal no volverán a abrir sus puertas hasta el año que viene. No se comprende con facilidad por qué no se ha esperado hasta entonces para inaugurarlos, puesto que el hecho de que el Canal cumpla 150 años no es motivo suficiente. Mejor hubiera sido celebrar los 151, número capicúa, por eso de la suerte que deseo a Albert Boadella, quien sabe Dios si sabe en qué aventura se ha metido.




5 comentarios:

  1. Algo había oído de la privatización del canal de Isabel II... Luego Telemadrid... No se cansa de privatizar... Así se le empache, se lo merece...

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  2. ¿¿Ahora los comentarios necesitan tu aprobación?? ¡¡Tiranía!! ¡¡Revolusión!!

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  3. Ni tiranía ni revolución. Soy el presidente de la república independiente de mi casa.

    Hay razones que no voy a explicar. Ya se verá en su momento por qué.

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  4. Tiene razón el señor Kyper. Esto es una imposición inaceptable. Así que voy a declarar conflicto colectivo si el frívolo de mi hermano se aviene a sumarse.

    Mi palabra tiene que dar la vuelta al mundo.

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  5. Variaciones o vagar sin rumbo... Me encanta hablar de cosas que marcan mis épocas pasadas, mis "historias personalmente reales". Gracias... Será verdad que "en la variedad está el gusto"...
    Y gracias también por la corrección...

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