Óyense gruñidos, bufidos, cacareos... La hacienda está revuelta. El monte crece y va ocultando los rayos de Febo. Hínchase como tripa de gorrino, como ubre de vaca plena de nutricia leche. Animal que se aventura por el bosque en la ladera escucha lastimeras y horrísonas voces. Arríscase por las peñas afiladas.
La zorra asoma por el gallinero, por la conejera. Sonríe y relámese. Y el monte fragoroso, flatulento, todo noche ya, todo sombra y averno, ábrese en dos como el de los Olivos y, si no alumbra, pare. Y aquiétase por fin.
Mas no fue, sepan vuesas mercedes, topillo ni rato, sino máquina infernal, cofre de acero con aquesta leyenda inscripta en mal castellano y peor vizcaíno: "Hidrogel alcohólico. 75%".
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