Espuma que lame las rocas
En el Peine del Viento,
Apenas humo, apenas rosa,
Pluma para anillos de hierro.
Al otro lado de una concha
Vuelve su valva el mar.
No chillan las gaviotas,
No lanzan dardos a la sal.
Enlacemos las bocas
Mirando el Peine de Chillida,
Y que las aves locas
Griten: “Es por Eduardo, amigas”.
- Imagen de Wouter Homs. Publicada con licencia CC BY 2.0
Pues por Eduardo
ResponderEliminarBueno, el poema solo es en parte un homenaje a Chillida.
EliminarPrecioso poema. Me ha parecido un canto, un salve a la vida y al arte.
ResponderEliminarLa música, deliciosa.
Efectivamente, Teresa. Gracias.
EliminarEn cuanto a la música: no puedo vivir sin ella.