Mira que me he quedado con tu cara
Tengo tu móvil y sé dónde vives
No vale la pena escupirte
Ni ponerte una bomba
Salvo si pudiera en el alma
Mucho coges pero das poco
Darás a la muerte un soberbio
Y criminal despojo
Nos vemos en la calle
Nos vemos en el tajo
Y por mucho que ladres
En el limbo del sueño
Lo del "hombre de bien" podría incluso apoyarse con eso de "un hombre de provecho". Qué bonitas expresiones.
ResponderEliminarHay muchos hombres de bien y como dice el maño, hombres de "aprovecho". Desconcertante poema, entre la amenaza y el desprecio.
ResponderEliminarSi yo fuera él ni te chitaría... Ahí, contundente.
ResponderEliminarDezaragoza: iba a hacer el mismo juego de palabras que ha hecho Paco. El lenguaje, el neolenguaje de la hidra es, cierto, maaaraaavillosooo, como cantaban Los 5 Latinos.
ResponderEliminarPaco: es que pensar en estas cosas me desconcierta. No me apea del desprecio, sino que lo subraya. Sin embargo, más que de amenaza, yo hablaría del propósito de decir "no" y de la voluntad de negarse.
Juanjo: es un poema. Quiero un martillo como el de Rita Pavone o el de Nietzsche.