Primero te obligaron a cavar.
Y te ataron las manos con alambres,
Antes de que llegara el tiro
De gracia mordiendo el cráneo.
Fueron cayendo los cuerpos
Sobre los cuerpos y tu cuerpo.
Luego fueron los niños.
Luego fue la cal viva.
Casquillos, monedas, anillos,
Gafas, un dominó, algún crucifijo,
Completan el oprobio,
Las señales de la masacre.
Y te ataron las manos con alambres,
Antes de que llegara el tiro
De gracia mordiendo el cráneo.
Fueron cayendo los cuerpos
Sobre los cuerpos y tu cuerpo.
Luego fueron los niños.
Luego fue la cal viva.
Casquillos, monedas, anillos,
Gafas, un dominó, algún crucifijo,
Completan el oprobio,
Las señales de la masacre.
Verdad, justicia, reparación.
ResponderEliminarY aquí seguimos, a vueltas con la Memoria Histérica (sic), Gazrzón en el banquillo, el tío Gurtel de acusador, campos de golf en Chamberí y el Vaticano, como siempre hecho un prostíbulo de menores.
ResponderEliminar¿Quién me alcanza la tea?
Hay que seguir a vueltas, Francisco. No sé si cabe la histeria o la rabia. Prefiero hablar de justicia.
ResponderEliminarLa memoria no es historia, porque la memoria duele.
ResponderEliminarCarpe Diem
Verdad, justicia, reparación. Que así sea. La semana pasada, el domingo, hicieron un reportaje sobre el asunto de la vergüenza española, el juez Garzón y la desvergüenza política que impide una ley de memoria histórica decente y real. Afortunadamente aquí no me miran con extrañeza y estoy perfectamente integrado, sino ya me veo el aluvión de preguntas.
ResponderEliminarEsta chusma todavía se pensará que España les debe estar agradecida por permitirle (permitirnos) tener una democracia o una no-dictadura. Lo lamentable del asunto es que algunos les creen e intentan no importunarles, por miedo a sus perretas: ¿que la ley de Memoria Histórica no les gusta? No pasa nada, la quitamos ahora. Usted perdone. (Reverencia, reverencia, reverencia) . Algo me dice que esta ley saldrá cuando toda esa chusma esté a 5 metros bajo tierra ¿A quién culparemos entonces? A nadie. ¡Oh, la ley esa!. Claro que podéis ponerla y usarla y todo lo que queráis. Y no nos deis las gracias. Viva España. (Reverencia, reverencia, reverencia)
ResponderEliminarUn abrazico y un beso en el papo, papi.
Tremendo...
ResponderEliminarPor cierto, tampoco yo descubrí la utilidad de las tankalletas, voy a disfrutarlas mejor.
Un saludo.
Cada día entiendo menos y con ello menos entiendo aún si cabe.
ResponderEliminar¡¡Qué soledad más grande!!
ResponderEliminar-Cierto, Adolfo, cierto.
ResponderEliminar-Dezaragoza: es de gran valor una mirada desprejuiciada, en la distancia. Causa estupor que en Europa se haya condenado la dictadura franquista como tal y aquí no. A mí no me avergüenza esa mirada: me dan asco los sinvergüenzas. Casi estoy por decir que más asco me dan los tibios seudoprogres que los negacionistas a sueldo de los neocon.
-Ay, Kir, hija: camino llevamos by me da la impresión de que es lo que se pretende. Se dice que son los nietos de los desaparecidos quienes están intentándolo contra carros y carretas. A la vuelta de la esquina, ¿los biznietos se acordarán, les importará?
-Bueno, Juanjo: ya le eché la bronca a Oulipo, que peca de diletante.
-Anna: ¿qué no entiendes: este país de tiovivo en que vivimos?
-Froilán: qué solos se quedan los muertos, dijo Bécquer. Y qué solos están los familiares.
Que vayan reabriendo las fosas, para meter (simbólicamente) a todos los que las quieren abrir.
ResponderEliminarComo un cuento macabro, en el que una vez que quitas toda la tierra de encima y llegas hasta los huesos, los mismos desde arriba te entierran vivo.
Salu2
El cuento macabro sigue, Markos. La apertura es tan lenta que mucho me temo que quienes buscan a sus seres queridos acaben antes en la huesa. Si esto es humanamente doloroso, también (y no sé si más) lo es el hecho de que la tierra que sepulta sigue cayendo sobre este país que no quiere mirar a un pasado cimentado en el crimen.
ResponderEliminar